'No quiero dejarlo acá', se quebró la madre

MIRAMAR (De un enviado especial).- No hay abrazo que alcance. Tampoco beso ni, mucho menos, palabra que aporte consuelo. "Mi campeón, mi campeón", grita ella con la mano apoyada sobre la fría pared de mármol. Como si quisiera una caricia final e interminable, lleva sobre los hombros y le envuelve el cuello el buzo de arquero, con el número 12 en la espalda, que Gastón usaba para atajar en las divisiones menores de Defensores de Miramar. Una bandera del club con esos mismos colores azul y blanco también cubría el ataúd. "No quiero dejarlo acá", insiste Verónica González, ahogada en llanto, y se resiste a dejar en un nicho del cementerio local a su hijo más chico. Su vida, su sol.Más de 200 personas participaron del cortejo fúnebre, apenas una parte de los miles que desde anteanoche y hasta ayer por la mañana pasaron frente al féretro para darle el último adiós a quien fue víctima de uno de los casos más crueles y brutales que tengan registro en esta localidad.González fue quien encontró el cadáver de su hijo, tendido al lado de la cama. Presa de una crisis nerviosa, desde entonces estuvo medicada y con enfermeros que le...

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