No me iba a perder la caravana triunfal

La noticia es que volví de Miami. Digo: fui a dar una charla y no a radicarme ahí, como sospechaban muchos. No tengo motivo alguno para huir de la Argentina. De hecho, me ofrecieron dirigir un diario y contesté que prefiero mil veces dedicarme a informar sobre nuestros cataclismos que sobre sus huracanes. La segunda noticia es que llegué justo a tiempo para asistir -en mi condición de periodista no militante- a la caravana triunfal que iniciará hoy Macri con un multitudinario acto en Barrancas de Belgrano. Dije caravana triunfal y no me retracto. Esta marcha terminará indefectiblemente en un triunfo. De Macri o de Alberto.Pero no demos vuelta tan rápido la página de Miami, porque quedó mucha tela para cortar. En una comida solidaria a la que asistí el lunes en el Midtown me tocó enfrentar, otra vez, el escepticismo del círculo rojo de esa ciudad respecto de lo que podría pasar en el país en caso de ganar la fórmula encabezada por Fernández (el Fernández que más les guste). Un poderoso desarrollador inmobiliario con fuertes inversiones en Miami Beach me dijo que va a tener que construir muchas más torres: "En tres meses esto se empieza a llenar de argentinos". Con sonrisa irónica contó que primero hizo una fortuna con los venezolanos que huían de Chávez y de Maduro. "Ahora la voy a hacer con ustedes". Levantó la copa de Aperol con champagne y hielo, y brindó: "¡Aguante Cristina!".El fantasma de un populismo de corte bolivariano apareció una y otra vez. Incluso Andrés Oppenheimer cree que la posibilidad de que vayamos a una Argenzuela no puede ser descartada del todo. Cuando le comenté, para tranquilizarlo, que Alberto le pidió un plan económico a Carlos Melconian, me contestó que en su momento Chávez se reunió con Moisés Naím. Dice que no hay que morder esos anzuelos. De paso: a Carlitos me lo encontré el jueves en el hall del aeropuerto de Ezeiza, pero había tanta gente que me dio cosa hablarle de anzuelos envenenados. Además, si está trabajando para presentarle un programa al Frente de Todos no hay que distraerlo.A mí me deja tranquilo que Alberto haya dicho anteayer que el pago de la deuda con el Fondo Monetario debe hacerse con plazos más largos, pero "sin quita". Nada de default. Hace algunas semanas había declarado que la deuda era impagable. Se ve que madura día tras día, otra señal de la evolución de la especie. Ya mostró su admiración por el modelo español, hizo un culto de la receta portuguesa y propone una salida "a la uruguaya"...

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