Nación vs. Ciudad: el fallo de la Corte y sus consecuencias

Horacio Rodríguez Larreta y Alberto Fernández antes del quiebre que provocó la reducción de la coparticipación federal; el diálogo continuó después de eso, pero más distante.

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Son varios días donde Alberto Fernández se mueve como una especie de barrilete sin cola . Lo primero que llama la atención de la disputa entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires, que tiene una dimensión institucional muy relevante, es la improvisación, porque este fallo estaba dentro de las probabilidades, de lo que podía ocurrir. Toda disputa judicial, sobre todo cuando la encara nada menos que el Estado nacional contra un poder público como es la Ciudad de Buenos Aires y viceversa, es como un ajedrez donde se supone que los que juegan conocen las jugadas posibles, las distintas configuraciones que puede ir adquiriendo el tablero. Y, por lo tanto, tiene una respuesta jurídica y política pensada hacia lo que puede sobrevenir. Daría la impresión de que al Presidente y a todo su entorno, el Gobierno en general, lo tomó por sorpresa lo que casi no tomó por sorpresa a nadie.

El presidente Alberto Fernández se reunió con gobernadores tras el fallo de la Corte.

A veces las noticias son hechos, como un decreto, una disputa, la renuncia de un ministro, un acuerdo. Acá la noticia más importante, que está en proceso desde hace varios años, es un concepto, que es difícil de asimilar por la dirigencia política, y sobre todo por este Gobierno. Este concepto es una gran innovación que introduce la Constitución en su reforma del 94 y es la que está cifrada en este fallo que dicta la Corte. Es el concepto de autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Esto ha cambiado radicalmente la idea que teníamos de la Capital Federal en nuestra cabeza. Esa idea era la de un distrito, precisamente federal, que le había sido arrancado a la provincia de Buenos Aires en 1880 cuando se federalizó la Ciudad, y era una especie de playa de maniobras del gobierno nacional que tenía la autoridad para delegar el poder a dedo en su intendente. No había un gobierno autónomo, los porteños no elegían a su gobernante local. Esto fue cambiado con la lógica de la reforma del 94, que consistió en darle más tiempo al Presidente, pero menos poder. Esa fue la lógica última de Alfonsín en la negociación del Pacto de Olivos. Y ese menor poder al Presidente supuso la elección directa del intendente de la Ciudad de Buenos Aires. Pero, supuso más: quitarle poder al Estado nacional sobre los porteños y habilitar algo que no es lo que era antes la Capital Federal al arbitrio del Poder Ejecutivo nacional, pero tampoco una provincia. Es como una provincia y la Constitución y este fallo le reconocen esa autonomía.

Horacio Rosatti, que está entre quienes elaboran el fallo, define a la Ciudad -al igual que lo hace en sus libros- como una ciudad autónoma federada. Es como si fuera una provincia. Es importante entender esto porque no estamos hablando de recursos que graciosamente el Estado nacional le puede dar o quitar a la Ciudad de Buenos Aires. La innovación de la autonomía es que la Ciudad tiene un derecho sobre esos recursos.

Cuando la Corte acepta este tema, igual que aceptó otros temas relativos a conflictos de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, con Córdoba, está diciendo: "Esto es mi competencia". Está reconociendo que es un estado autónomo, como si fuera una provincia, porque si no la mandaría a discutir a primera instancia. Por eso es tan insólita la argumentación inicial del Presidente. Cuando dice: "No, no le puedo dar los fondos porque se los estoy dando a las provincias". El Presidente, sabiendo que está diciendo una falacia, sostiene algo como lo siguiente: "Es plata que le pertenece a las provincias porque yo la gasto en las provincias". ¿Y en qué lugar las podría gastar que no fuera en una provincia? No hay forma. Es dinero nacional que el Estado se apropió de la Ciudad de Buenos Aires, que es una ciudad autónoma. Si me doy cuenta yo, que no soy abogado, ¿cómo no se va a dar cuenta alguien que se autoproclama todo el tiempo como un amante y un sabio del derecho y da clases en la facultad? ¿Cómo no se va a dar cuenta que cuando dice "es plata que le pertenece a los gobernadores" eso es falso? La Corte dice expresamente: "Esto no afecta a las provincias". Le está contestando a las distintas reuniones que los gobernadores hicieron para ser parte en el tema.

Lo primero es un problema de improvisación, llama la atención que el Presidente tuviera tan poco pensado este problema sabiendo que era un tema que le iba a sobrevenir. La segunda cuestión es de carácter institucional, conceptual. La poca comprensión que hay de la autonomía porteña.

Corte Suprema. Juan Carlos Maqueda; Carlos Rosenkrantz; Horacio Rosatti; Ricardo Luis Lorenzetti.

Veamos ahora cómo giró el Presidente. Fernández empezó diciendo que no iba a cumplir el fallo. Con el paso de las horas y yo creo que a medida que pasen los días, el Gobierno va a seguir modificando su posición. De no cumplir el fallo, ahora dice: "Bueno, lo vamos a acatar". Acá tuvieron influencia algunas personas alrededor de Alberto Fernández, me parece que la más decisiva fue Vilma Ibarra, que es la que custodia la firma del Presidente, la que tiene que evitar que él tenga que ir a dar explicaciones a la Justicia por sus actos, ahora o más adelante. Supongo que sabía de todo el proceso y que no le debe haber gustado la idea de decir abiertamente: "No cumplimos con un fallo de la Corte".

Hay una conferencia de un juez de la Corte americana, Stephen Breyer, en un homenaje a otro gran juez...

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