Nace un nuevo parque de deportes extremos

En octubre, Buenos Aires contará con el primer parque multidisciplinario de deportes extremos del país. Frente al río, en el predio de 7,5 hectáreas que fue durante décadas el balneario Saint Tropez y entre 1988 y 1998 el complejo de piletas Coconor, funcionará un campo deportivo en el que se podrán practicar actividades como skate, rollers, hockey sobre patines, longboard, mountain bike, BMX y escalada.No hay cifras, pero el auge de los deportes urbanos o extremos -como se los suele llamar- está a la vista y los aficionados dan estimaciones. Señalan que el skate tuvo un crecimiento exponencial en los últimos años y que, lejos de cuando se lo asociaba con unas pocas barrancas y explanadas porteñas, hoy está presente en todos los barrios. Señalan también que hace cinco años el longboard era practicado por no más de 30 personas y que en el último encuentro, en abril pasado, se juntaron más de 4000 deportistas. Agregan que el roller también experimentó una "explosión" y que como producto de ello se crearon las ligas masculina y femenina. Y que el slackline -que consiste en deslizarse por una cuerda tensada a distinta altura- desconocido hace un lustro, congrega hoy a más de 2500 personas en todo el país.El Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, responsable del "rescate" del predio, se asesoró con representantes de cada disciplina para conocer sus necesidades, las medidas reglamentarias de cada deporte y los elementos de protección según el caso.Después de casi un año de reuniones, los consejos y observaciones de los especialistas no sólo fueron escuchados, sino que están plasmados en los planos que lleva bajo el brazo el director de obra, el licenciado Andrés Plager. Y poco a poco se van materializando en el terreno. Por ejemplo, la primera pista de longboard del país. Los longboardistas, felices por su futuro espacio, arriesgan un factor que creen que jugó a favor suyo. "Sin duda influyó que nos vieran tirarnos por la pendiente de la calle República del Líbano", aseguró Lucas Arnoletto, un deportista que practica longboard desde hace cuatro años en la que califica como "la única bajada" de la ciudad: una arteria de Recoleta en declive, con curvas pronunciadas, por la que circulan diariamente cientos de automóviles, que nace en "La Isla" y termina en la Avenida del Libertador."Basados en nuestra experiencia, sugerimos para la pista de longboard extensiones, curvas y alturas. Cuando fuimos al lugar y vimos como sería, de unos 10 metros de altura...

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