Muerte súbita en los 21K porteños: colocaron a la atleta chilena un dispositivo como el del futbolista Christian Eriksen

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El caso de muerte súbita de la atleta chilena hace nueve días en la media maratón de Buenos Aires generó conmoción y asombro por la complejidad del caso. A casi una semana de aquella experiencia, que la llevó a estar sin signos vitales más de 20 minutos , Manuela Bugueño pasó por el quirófano, donde le colocaron un dispositivo como el del futbolista Christian Eriksen para controlar su corazón, en caso de que vuelva a sufrir un problema similar.

Según pudo saber LA NACION, el sábado por la tarde, en el hospital Alemán, a la médica chilena se le implantó un dispositivo llamado SICD-Boston Scientific (Cardiodesfibrilador de implante totalmente subcutáneo). Se trata del mismo tipo de "desfibrilados automático" que le colocaron el año pasado el jugador de la selección de Dinamarca, Christian Eriksen, que había sufrido una muerte súbita durante un partido de la Premier League.

Manuela Bugueño

El equipo médico que llevó adelante la operación fue encabezado por el doctor Jose Gant López, cardiólogo especialista en Arritmias y encargado de la comisión de arritmias en el deporte de la Sociedad Argentina de Electrofisiología Cardíaca (SADEC); Patricio Giménez Ruiz, cirujano; Daniel Camerini, proctor médico especialista en tecnología; Carlos López, proctor técnico de la empresa Cardiolab y Julián Figueroa, técnico asistente.

El SICD, también conocido como desfibrilador automático implantable o desfibrilador cardioversor implantable (ICD, por sus siglas en inglés) es un dispositivo a pila del tamaño de una moneda, que pesa 130 gramos , y se coloca en el costado izquierdo del pecho para controlar el ritmo cardíaco e identificar latidos irregulares.

Manuela Bugueño

El dispositivo posee un cable, de tres milímetros, que es el que está en contacto con el corazón y tiene un sensor . Cuando este sensor detecta un ritmo cardíaco anormal, emite impulsos eléctricos a través del cable para corregir la anomalía. El SICD tiene una vida útil que va entre los cinco y los ocho años.

Según pudo saber LA NACION, Manuela Bugueño fue dada de alta tras la operación del sábado y mañana se le realizarán los controles técnicos y médicos para confirmar el correcto funcionamiento del SICD. De resultar todo positivo, podría regresar a su país esta misma semana para tratar de retomar su vida normal.

En diálogo con LA NACION, Carlos López explicó en qué casos se puede utilizar este tipo de aparatos: "Los consensos internacionales de las sociedades cientificas más importantes...

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