El Mercado Central de Alberto Samid, bajo la sombra de Guillermo Moreno

"¡Mirá, también hay pañales!". El grito de un hombre retumba en los pasillos del paseo de compras del Mercado Central, ubicado a metros de la Autopista Ricchieri. Elton vino desde el barrio de Martínez, en el partido de Vicente López, donde vive con su esposa e hijos, para comprar por primera vez en la feria minorista. Sus ojos se animan frente a una vidriera colmada de afiches con el símbolo pesos. A su alrededor, una multitud de visitantes transita con asombro la tierra prometida del ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno , empujada por los últimos cimbronazos cambiaros y la creciente inflación. Así lo comprobó LA NACION durante una recorrida el jueves pasado.

"Siempre fue así: cuando afuera hay un sacudón económico, la gente viene a comprar a la feria", cuenta Graciela, desde el otro lado del mostrador del local de lácteos Familiar. "Si en la calle hay incertidumbre, acá se trabaja muy bien. Hay visitantes de todos lados", dice Emiliano, encargado de la carnicería La Lonja, del flamante vicepresidente del Mercado Central, Alberto Samid. Y remata con una anécdota fresca como una lechuga: "Hace un rato atendí a un grupo de amigos que se vino desde San Clemente. Compraron carne por una luca y pico y se volvieron", relata con una sonrisa atónita. En el local de "El rey de la carne", las ventas aumentaron un 40 por ciento en los últimos quince días. El gerente operativo del paseo de compras, Víctor Pérez, coincide con ambos vendedores: "Cuando afuera se disparan los precios, la gente se vuelca al mercado. Después se estabiliza", señala.

Elton no está solo. Aceptó la invitación de un amigo, Javier -quien vive en Tigre-, para hacer, en manada, una cacería de "buenos precios" en el predio de La Matanza. "Vine con mi viejo también para repartir gastos", cuenta, mientras sostiene las bolsas con verduras, lácteos y, por supuesto, los pañales recién comprados. Parado en el sector de ventas de productos de almacén, Javier, de chomba y mocasines, hace una acotación sobre el relato de su amigo: "En las verdulerías de mi zona parece como si pusieran los precios a ojo. Acá es otro cantar; no tiene comparación. Vinimos cuatro cabezas de familia y compramos un montón. Por una semana no vamos a ir al supermercado".

Samid dialoga por teléfono con LA NACION, mientras viaja en auto a la ciudad de La Plata -abrirá allí una sucursal del mercado-. Apenas se lo consulta sobre los aumentos de precios en los comercios y supermercados de los barrios...

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