Martín Guzmán ajusta, pero el Club de París tendrá que esperar

Nota de opinión de Florencia Donovan

Paradójicamente, aquello que minó la relación del ministro Martín Guzmán con el kirchnerismo más duro es el capital más valioso que por estas horas tiene la Argentina para ofrecer en la mesa de negociaciones y sortear un default con el Club de París.

Las conversaciones con el Club por la deuda de US$2400 millones entraron en tiempo de descuento. El lunes, fecha del vencimiento, no habrá pago con reservas internacionales (pese a que, gracias a la "supersoja", el Banco Central acumuló en mayo divisas por más del 80% de lo que debe). Hasta ayer, de hecho, la Secretaría de Finanzas no había emitido ninguna orden de pago para Hacienda, paso previo formal en todo desembolso; aun en tiempos de dinero electrónico, no darían los tiempos burocráticos para revertir la decisión.

El Gobierno sabe que tiene margen para seguir procrastinando. "No va haber default el lunes", insisten diversas fuentes del equipo económico. Según las condiciones del crédito con el Club de París, recién a los 60 días de operado el vencimiento el país se considera en default. La idea es usar ese plazo. Aunque en Economía trabajan para poder presentar un anuncio intermedio este fin de semana. "Va a haber noticias. Vamos a comunicar un sendero común con el Club de París para la negociación de este último pago", deslizan, con cierto optimismo, fuentes que están al tanto de las negociaciones que, sin embargo, reconocen que todavía restaba conseguir el apoyo de algunos de los países acreedores, como Japón. Por estatuto, las decisiones en el Club de París requieren unanimidad, no mayoría.

Pero el ministro Martín Guzmán confía en que los deberes que viene haciendo ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) van a rendir sus frutos . El Club de París exige que la Argentina tenga un acuerdo con el FMI, o la constancia de que está avanzando hacia uno, para poder renegociar la deuda que vence ahora.

En silencio -aunque no por fuera del radar del kirchnerismo-, Guzmán viene cumpliendo con un mantra clásico del FMI: un ajuste fiscal. En el primer cuatrimestre del año, el resultado primario arrojó un déficit de 0,2% contra 1,42% de igual periodo de 2020. (Cabe recordar que para abril del año pasado, el Gobierno todavía no había logrado poner en marcha gran parte del paquete de ayuda Covid que luego implementó, y que le insumió más de 1,3% del PBI.)

Pese a la promesa de campaña de "ponerles dinero en el bolsillo de los argentinos", en un año electoral y...

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