La maratón de montaña

VILLA LA ANGOSTURA.- Ni la lluvia, ni el frío, ni el terreno barroso fueron suficientes para detener el andar rápido y seguro de Gustavo Reyes, que por tercer año consecutivo se quedó con la K42, la única maratón de montaña de nuestro país.

Poco a poco, y sobre la base de sus éxitos, el hombre de Cipolletti comenzó a convertirse casi en un sinónimo de esta competencia, que lo tiene a él como máximo referente.

Desde el comienzo de la carrera los punteros impusieron un ritmo casi frenético, y metro a metro el grupo de vanguardia parecía generar un abismo con el pelotón. Al llegar al río Correntoso, la lucha se centraba en la puja entre Sergio Trecaman, Reyes, Alfonso Currumil y Samuel Ayala, el crédito local. Mezclados entre los líderes se distinguía una pechera celeste (perteneciente a la prueba de 14 km), la de Víctor Marchisio, que a la postre sería el ganador de su categoría. Desde muy atrás, casi desde la 50° ubicación, el hombre de Munro, Guillermo Brückl comenzó a ganar posiciones, y uno a uno fue dejando en el camino a sus oponentes, con una sola meta: un lugar en el podio.

A partir de ahí los esperaba el largo pero atractivo paso por el frondoso bosque que parece formar interminables corredores verdes. El suelo cubierto de flores, hongos y helechos ofrecía una elegante y tentadora alfombra que parecía haber sido tendida para honrar el paso de los más de setecientos deportistas.

Al llegar al kilómetro 15, Brückl ya se encontraba quinto, a casi siete minutos del líder, Trecaman, que estaba cumpliendo una competencia casi perfecta. El dueño de la punta se encontraba a 46 segundos de Reyes y a más de un minuto de Corrumil, segundo y tercero, respectivamente.

Al llegar al cerro Bayo, los competidores debieron afrontar la fría llovizna y las bajas temperaturas, que se convirtieron en uno de los más complicados escollos de los más de 500 competidores que participaron de la carrera.

La carrera comenzó a definirse...