El manotazo de fondos a la ciudad de Buenos Aires

Es necesario dejar de alimentar grietas sociales y acordar un nuevo régimen de coparticipación que avance hacia la correspondencia fiscalLa disminución por federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) para ayudar al distrito bonaerense dispuesta por el presidente es una nueva muestra del criterio centralista y discrecional que impera en la relación Nación-provincias y que con frecuencia responde a objetivos netamente partidarios.El uso político de los fondos distribuidos a las provincias se remonta a muchos años, aunque quedó especialmente de manifiesto con las abultadas transferencias del Estado nacional al distrito que gobierna en lo que va del año. Y se tornó más visible aún con la decisión adoptada por el Presidente de quitarle un punto de coparticipación a los porteños con el pretexto de que se debía poner fin al conflicto con la policía bonaerense por demandas salariales. La arbitraria reducción de los fondos a la CABA es la comprobación de la concentración de poder imperante. Deben condenarse estos procederes contrarios a las sanas prácticas republicanas que demandan el aval del Congreso, y que nos alejan de la república para conducirnos hacia una peligrosa autocracia.La hipotética automaticidad del régimen de coparticipación es eludida de varias formas, y en general ese proceder responde a algún propósito político del Poder Ejecutivo Nacional. Cabe recordar la desusada proporción de fondos recibidos por La Rioja durante el gobierno de o la asignada a Santa Cruz en la gestión kirchnerista. Así como ha habido favoritismos por provincia de origen, se pueden encontrar numerosos casos de castigos o premios relacionados con votaciones legislativas según el deseo presidencial. Es característica la negociación de leyes en el Congreso exponiendo la zanahoria y el garrote, o sea, aumentar o retacear la transferencia de fondos.El régimen de coparticipación está regido por la ley 23.548, sancionada en 1988, durante el gobierno de La reforma constitucional de 1994 incluyó una cláusula transitoria que exigía una reforma del régimen no después de 1996, pero este mandato no ha sido cumplido.En 2019 la distribución automática de fondos le dio un 40% a la Nación y un 60% a las provincias. El actual régimen favorece a las provincias menos desarrolladas y desfavorece a la provincia de Buenos Aires y a la CABA, si se compara la magnitud de los impuestos nacionales...

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