Liliana Ledesma: la mujer que no quiso dar su tierra a los narcos

En el norte salteño un acumulaba hectáreas para transformarse en el "dueño de la frontera"; la víctima se negó a dejar su propiedad y fue atacada por sicarios el 21 de septiembre de 2006; más de doce años después será llevado a juicio por eseLa estrecha pasarela se mantiene destartalada, pero la gente sigue pasando por ahí a pesar de que se mueve con el viento caliente que sopla en Salvador Mazza, . Faltan algunas tablas y los caños que la sostienen están despintados y herrumbrados. Si no llueve y el agua corre por ese cauce, siempre hay basura en la cañada, debajo del puente. La pasarela está recubierta con una fina película de tierra, que flota, como todo lo que está allí a la intemperie. El tráfico frenético de los camiones en la ruta 34 levanta esas nubes de polvo. A un costado de la pasarela se construyó un pequeño altar para recordar a Liliana Ledesma.En ese lugar tenebroso, esa mujer fue emboscada el 21 de septiembre de 2006 por dos hombres, que la mataron de siete puñaladas, dos de esas estocadas fueron mortales al afectar el corazón y el estómago. Los otros cuchillazos fueron directo a su boca, que quedó destrozada. La historia de este crimen configura uno de los narcofemicidios emblemáticos de la Argentina, con una trama plagada de complicidades e impunidad.Ese día Ledesma fue llevada directo a una trampa -según la investigación- por María Gabriela Aparicio, hermana del entonces diputado provincial del PJ Ernesto Aparicio. Ella la pasó a buscar y la condujo al sitio donde la asesinaron Aníbal Ceferino Tárraga y Lino Abdemar Moreno, sicarios del clan Castedo.Los asesinos desfiguraron su rostro y su boca por un motivo claro. Ella había hablado. Liliana había denunciado que Delfín Castedo había bloqueado los caminos de esa zona, donde no solo estaban los campos del narco, sino también los terrenos de otras familias como los Ledesma y los Rojas. Su padre y hermano arrendaban un campo hacía 40 años y tenían unas 200 cabezas de ganado.El marido de Liliana, Gilberto Villagómez, boliviano, oriundo de San José de Pocitos, había aparecido muerto un par de años antes a bordo de su automóvil acribillado a balazos en el barrio norte de la ciudad fronteriza. Tenía antecedentes por narcotráfico. Liliana dijo que fue asesinado por orden de Aparicio. Los Castedo dicen lo contrario. Y se sospecha que se quedó con un cargamento de cocaína.Liliana vendía huevos en la calle principal de Salvador Mazza, a metros del límite con Bolivia, y su familia...

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