Libia da un nuevo paso en busca de su reinserción en el mundo

CYRENE, Libia.- La apuesta es ambiciosa, cercana a una utopía, y deja muchos interrogantes aún sin responder. Más cuando el recién llegado desanda caminos polvorientos y detenidos en el tiempo, a cuya vera la pobreza y el atraso golpean con la fuerza del calor que abrasa en pleno mediodía.

Sin embargo, en medio de ese escenario donde la bonanza del petróleo no pareció extender su brazo protector, Libia alimenta el anhelo de generar un formidable centro de desarrollo económico sustentable y de atracción turística para la explotación racional de su tesoro máximo: las ruinas arqueológicas de Cyrene, declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Y es precisamente allí donde Libia trató de anudar un eslabón más en la cadena de gestos para integrarse al mundo y dejar definitivamente atrás una imagen asociada al financiamiento del terrorismo internacional que marcó a sangre y fuego la década del 80, que la sumió en el aislamiento. Lo hizo mediante una ceremonia en la que el segundo hijo del coronel Muammar Khadafy, ahora cabeza más visible del régimen militar, firmó el acta de lanzamiento del llamado proyecto de la Montaña Verde, un oasis sobre el Mediterráneo encerrado hacia el Sur por la inhóspita e implacable aridez del Sahara.

Un remanso que quiere explotar sin dañar el medio ambiente, con la ayuda de los capitales antes vedados de Occidente, cuyas empresas esperan la oportunidad para hacerse cargo de las decenas de proyectos que estarán en danza. Se trata de una inversión estimada inicialmente en 3000 millones de dólares que dará empleo a casi 200.000 personas en una zona deprimida que necesita fuentes de trabajo y superar décadas de estancamiento.

Bajo un sol de plomo, con el escenario natural de las ruinas grecorromanas de un gimnasio del siglo VII antes de Cristo, la ceremonia de Cyrene fue vista por muchos como un doble golpe de pragmatismo del gobierno de Trípoli: por un lado, acentuar su gradual acercamiento al mundo. Por el otro, preparar el camino para diversificar una economía dependiente casi exclusivamente en el petróleo, recurso que atraviesa su momento de esplendor, pero con fecha de vencimiento inevitable.

"El día en que eso ocurra será demasiado tarde para enfrentar el desafío del cambio climático y para desarrollar fuentes alternativas de energía. Y cuando llegue ese día, ¿qué les diremos a nuestros hijos?", preguntó, durante el acto en Cyrene, Saif al-Islam Khadafy, hijo del histórico líder libio y gran impulsor del...

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