Contra la ley de gravedad

Todo para arriba. Estas tres palabras podrían ser la previsible síntesis del capítulo económico que la presidenta Cristina Kirchner incluirá pasado mañana en su mensaje ante la Asamblea Legislativa. Con dos omisiones importantes: la suba de la inflación, cuya mención expresa ha sido excluida de todos los discursos oficiales, y también su efecto sobre la pobreza, que, salvo para las inverosímiles estadísticas del Indec, no ha descendido desde 2007 pese al fuerte crecimiento del PBI a "tasas chinas".La mayor expectativa inflacionaria, que se ubica ahora en un rango de 26-30% anual, no es sólo el punto más débil del modelo K o un desafío a la ley de gravedad. El propio Gobierno se ha encargado de impulsarla con una exagerada política fiscal y monetaria: el gasto público arrancó en enero con un alza de 37,5% interanual, mientras que el programa monetario del Banco Central prevé para todo 2011 una expansión cercana a 40%. Todo en nombre de forzar la demanda y la actividad económica en el año electoral, a costa de ubicar a la inflación en otro escalón más alto y buscar rédito político al atenuar transitoriamente sus efectos.Para peor, nadie sabe a ciencia cierta cuál es la inflación pasada, presente ni futura a la hora de negociar salarios, por más que Guillermo Moreno haya comenzado a aplicar fuertes multas a las consultoras privadas que sustituyen la función que debería cumplir el Indec. Al mismo tiempo que el Gobierno defiende los datos del organismo, actúa en sentido contrario. Si estuviera convencido de que la inflación del año pasado fue de 10,9% como surge de las estadísticas oficiales, resulta contradictorio que el Ministerio de Educación haya acordado una suba de 21% en el piso salarial de los docentes -aunque no tenga un solo maestro a cargo- y dejara vía libre a los reclamos sindicales para elevar las escalas entre 26 y 31%. La realidad indica que el nuevo sueldo inicial docente no está demasiado lejos de la verdadera línea de pobreza (2200 pesos mensuales para una familia tipo). Pero este mecanismo empuja hacia arriba el gasto y lo endosa a los gobernadores. Por lo general, la paritaria docente suele ser un caso testigo para el resto de los empleados estatales. Sólo en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, un aumento de 25% en la masa salarial del sector público significaría una erogación extra de 8500 millones de pesos en 2011, que en dos terceras partes debería cubrirse con más endeudamiento provincial o auxilio financiero de la Casa Rosada...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR