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No es soluciónEl Congreso aprueba una ley por la cual se obliga a todos los funcionarios públicos a capacitarse en contra de la violencia contra la mujer. La ley en cuestión no hace más que tapar el sol con las manos y en nada solucionará el problema. Como si los funcionarios públicos tuvieran propensión a cometer delitos sexuales. No es más que una medida populista. Mientras tanto, la Justicia sigue liberando presos con condenas firmes y las reincidencias -entre ellas, delitos sexuales- se siguen cometiendo. Mientras la Justicia siga siendo creadora de la impunidad que nos agobia, la violencia de todo tipo va a seguir existiendo.Agustín H. BanchieriDNI 24.155.007Fondo de las ArtesEl viernes pasado, con mucho pesar, presenté mi renuncia como director del Fondo Nacional de las Artes. En los últimos días hicieron lo mismo el vicepresidente, otros directores y algunos gerentes. Mi decisión (como la de los demás renunciantes) fue motivada por la precipitada sustitución de Carolina Biquard como presidenta del Fondo, lo que me hace presumir el abandono de las políticas culturales en marcha. Si mi presunción fuera errónea, entonces no encuentro motivos que justifiquen esa decisión que puso fin abrupto a una tarea honesta que hasta hace pocos días no recibía más que elogios públicos y privados. A pedido del nuevo presidente del Fondo, permaneceré en mi cargo hasta la última reunión de directorio de este año, para no entorpecer las gestiones en curso. El Fondo Nacional de las Artes es una institución de la que los argentinos podemos estar orgullosos. En 2018, ha cumplido 60 años de vida. Lamento que a este aniversario se lo deba celebrar en un ambiente generalizado de temor y alerta ante la posible pérdida de su autarquía económica y de su independencia operativa o el arrebato de sus recursos, ya sea por acción, omisión o negligencia. Si algo funciona, no hay por qué arreglarlo. Parecería que, antes que favorecer una política estable, consistente y duradera en el tiempo, y que estaba (y continúa) rindiendo frutos, una vez más se prefirió una excusa irrelevante para justificar una decisión personal que arrasó con una institución ejemplar. Desde el lugar de privilegio que se me brindó en el directorio del FNA, intenté con mis colegas diseñar y aplicar una política pública de cultura federal, especialmente necesaria en nuestro país. Creímos en la necesidad de extender la frontera de responsabilidades del Estado desde las bellas artes hacia la cultura...

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