La lección de Victoria Ocampo a la Legrand

El problema de la traducción se volvió los otros días súbita, aunque fugazmente, visible. A cuento de nada, o a cuento de algo que se diluyó en la conversación del almuerzo, Mirtha Legrand contó en su programa de televisión un encuentro con Victoria Ocampo, que la había invitado a tomar el té a su casa de San Isidro. De la charla, Mirtha Legrand recordó únicamente que Victoria se quejaba con aspereza del nivel deficiente que, según ella, tenían entonces las traducciones de literatura al castellano (es probable que todo esto haya pasado a principios de la década de 1970). Entonces Legrand pasó al ataque: "¡Pero Victoria, usted tradujo The Living Room como El cuarto en que se vive!". "Tiene razón", dice que dijo Victoria.

Es notable que una conversación sobre la traducción terminara organizándose alrededor de un malentendido: el de quien cree que el título de Graham Greene fue pésimamente vertido (Mirtha), y el de quien parece conceder (Victoria), aunque para dar a entender que, sí, todo tiempo pasado fue mejor para la traducción.

En realidad, la solución de El cuarto en que se vive para The Living Room fue un auténtico golpe de genio, parecido al de J. R. Wilcock cuando llamó El revés de la trama a The Heart of the Matter, también de Greene. En un caso y en el otro, esos títulos, a partir de una comprensión superior, mejoran el original, pero lo hacen con un tipo de perfeccionamiento que solamente advertimos gracias a su singular desvío del punto de partida. Son, en este punto, lecciones ya...

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