Ladrillo por ladrillo,comenzaron las tareas para demoler el histórico Elefante Blanco

de parte de una pared marcó de manera oficial el inicio del fin para el desolado , un gigante de hormigón que se asoma en Villa Lugano y que, durante décadas, fue la imagen del abandono. Será un trabajo casi artesanal, ya que la implosión no es viable por su proximidad con Ciudad Oculta. Y mientras arrancan los trabajos para tirar abajo el imponente edificio, el gobierno de la ciudad continúa las conversaciones con una decena de familias que aún viven en la manzana.

Las protagonistas de gran parte de la obra serán dos tipos de maquinarias: las minibobcat con martillo y las minirretroexcavadoras. Días atrás, una grúa extendió su brazo para elevar estos rodados de trabajo hasta el piso 15 del inmueble, donde están los tanques de agua. Operada cada una por un hombre (resguardado con soga de seguridad y arnés), el objetivo es que demuelan las losas por piso. Previamente, se apuntalan los cimientos del enlosado inferior, explicaron a LA NACION los ingenieros a cargo de la obra.

A medida que se avance en cada sector, los escombros se llevarán hasta la planta baja por una caja de hormigón que correrá por un conducto preparado en su momento para el ascensor. Recién cuando la demolición esté más próxima al subsuelo, entre el cuarto y quinto piso, entrarán en acción las máquinas de mayor porte. En los costados de la estructura donde haya proximidad con viviendas se colocarán andamios con protección.

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, destacó que "va a haber un gran espacio verde que va a estar diseñado en conjunto con los vecinos". Y agregó: "Donde vemos este Elefante Blanco va a haber chicos jugando a la pelota, gente mayor tomando mate".

Las autoridades esperan que el inmueble desaparezca por completo en septiembre próximo. En tanto, en el predio de dos hectáreas, pero más próximo a la avenida Piedrabuena, toman forma los cimientos del futuro Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. Su titular, Guadalupe Tagliaferri, dijo que el proyecto significa "cambiar el barrio" y "traer Estado".

El proyecto para tirar abajo la mole de hormigón -que había sido diseñada como hospital para enfermos de tuberculosis, pero el plan quedó trunco a mediados de 1950- lleva varios meses de demoras. No se podía concretar hasta que se relocalizaran las familias que vivían "pegadas" al inmueble, con sus casillas apoyadas sobre el edificio. El abandono al que estaba sometida la estructura provocó que fuera ocupada por personas que vivían en...

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