Derecho Internacional de los Derechos Humanos: Principios, Fuentes, Interpretación y Obligaciones

• Autor: Rolando E. Gialdino

1. Esta nota se firma el 12.09.2013, en plena escalada por la situación de Siria y a los dos días en que el Gobierno de Venezuela se separa del Pacto de San José de Costa Rica. Esta datación contextual le imprime al comentario un color especial, el blanco, como clamando por la paz global y la nacional: archivemos la guerra, el odio y la agresión en los museos de la historia, junto con las ruecas de nuestras abuelas y el arado de mancera. Seamos capaces de construir un mundo "humano para el hombre", convenciendo a todos, en palabras de NELSON MANDELA (pronunciadas en la prisión) "que el opresor tiene que ser liberado, igual que el oprimido. Un hombre que priva a otro hombre de su libertad es prisionero de su odio, está encerrado detrás de los barrotes de sus prejuicios”.

   Desde mi primera obra (Derecho Laboral, Platense, 1979), escrita durante la dictadura militar detrás del mostrador de nuestra pequeña librería en Santa Rosa (LP), introduje en el discurso jurídico los Derechos Humanos, como entrada axiológica del Derecho como Sistema, posición que tuve la posibilidad de sostener en la CNAT Sala VI, obviamente en minoría, desde que asumiera esa tarea el 01.02.1985. Esta aclaración es necesaria porque este pequeño comentario no es objetivo (al estilo perimido de la Academia) sino integral, pensado con la razón pero empujado desde el interior, como el vuelo del búho. En palabras de RODOLFO KUSCH, “El problema de la filosofía es el problema de la liberación. No es el búho que levanta vuelo al anochecer porque ya ha visto todo lo que ocurre durante el día sino que esconde también la sorpresa de la noche y la espera del amanecer. Filosofar es programar el amanecer al cabo de la noche, es plantearse la liberación, que ocurrirá seguramente al día siguiente” (La negación en el pensamiento popular, Las Cuarenta, Bs.As., 2008, pág.107) Afirmo esto porque el libro del dr.GIALDINO, seguramente profundizado en su tarea profesional en la Corte Suprema, con sus distintos avatares, es una investigación profunda, minuciosa, filosófica, liberadora, de ese ancho universo de los Derechos Humanos, universo que fuera considerado coto de caza para escasos especialistas: el autor lo abre a todos, como un nuevo LUTERO que, al traducir la Biblia al alemán, la sacó del latín de los templos y la puso en manos de las personas concretas. Por eso, no es de sorprender que la Legislatura del Chaco haya declarado esta obra de interés provincial.

2. ¿Desde dónde lee el autor...