La insoportable presión tributaria

Cuando el gobierno nacional está por cumplir ya tres años de una gestión que comenzó el 10 de diciembre de 2015, las reformas estructurales prometidas han avanzado, aunque sin la velocidad y profundidad requeridas. Entre ellas, la que tiene que ver con reducir la carga impositiva total que pesa sobre los hombros de los argentinos y los de sus empresas, que es la más elevada de la región y resulta absolutamente excesiva para un país en desarrollo.El propio presidente de la Nación ha reconocido días atrás que nuestra presión impositiva es una de las más agobiantes del planeta y que, por este motivo, cuando los inversores comparan esa carga con las que se aplican en nuestros países vecinos e incluso en Colombia, eligen, como es lógico, los países con menos carga tributaria. Sin embargo, el Gobierno no dudó en aplicar nuevos gravámenes, como los referidos a la supuesta renta por la venta de inmuebles y a las indemnizaciones para directivos y personal jerárquico de las empresas.Hablamos de un peso relativo que es verdaderamente asfixiante, equivalente nada menos que al 37% del PBI de nuestro país. Peso que, cabe puntualizar, aumentó muy significativamente entre 2002 y 2016, como contrapartida de un aumento, también paralizante -e insostenible en el tiempo- del gasto público, considerado globalmente.Para una familia, esta situación supone la necesidad de dedicar nada menos que entre 171 y 202 jornadas de trabajo simplemente para tener que alimentar al insaciable sector público. Bastante más de la mitad del tiempo de los argentinos que trabajan se dedica entonces a pagar impuestos, si, naturalmente, se tienen en cuenta los días no...

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