El increíble giro de Cristina sobre el 8-N

Cristina nos sacudió. Todos sus soldados habíamos salido a decir que el 8-N fue un fracaso, que no se juntaron más que unos pocos ricachones nostálgicos de la dictadura y cosas por el estilo, y ella nos dio un baño de realidad. "No nos engañemos -dijo, la voz firme y un rictus de tristeza en la cara-. Un millón de personas es mucha gente, acá y en la China. No podemos ignorarlas. Para peor, no los llevó nadie, se juntaron y se dispersaron en orden, había de todas las clases sociales? Seríamos muy necios si no reaccionáramos. Tenemos que darles señales de que los hemos escuchado."La verdad, no podíamos creerlo. La señora, a la que todos (empezando por muchos de los nuestros) ven como la personificación de la soberbia, de pronto se había convertido, no en la abanderada de los humildes, pero sí de la humildad. "Sépanlo: al pueblo nunca se le da la espalda -catequizó-. Además, con esa bocha de gente en la calle no hay re-reelección posible. ¿Qué vamos a esperar, que la próxima vez junten tres millones? Me llamó Hugo [Chávez] y me dijo: «Ojo, Cristinita, que no te veo en condiciones de hacerle frente a un Capriles». Tiene razón. Está todo dado para que aparezca un De la Sota, un Massa, un Urtubey, y canalice ese descontento. Debemos hacer algo ahora mismo. Yo voy a dar el ejemplo."Y lo dio, por supuesto. Nos mostró el camino del cambio, de la rectificación, con hechos bien concretos. Los voy a mencionar, pero ni falta que hace. Ya los habrán visto y apreciado. Quizá lo más significativo fue que desde entonces usó una sola vez la cadena, y además lo hizo a las 4 de la tarde, después del partido de la selección y mucho antes del prime time . Es decir, no quiso interferir ni a Messi ni a Tinelli. Una demostración de cuánto piensa en la gente. Sin duda ha sido un enorme sacrificio. Me contaron que, para mitigar el síndrome de abstinencia, en Olivos se pasó toda la semana hablando en cadena para funcionarios, para su familia, para los empleados de la residencia. Lo cruel llegaba a la hora de los aplausos: extrañaba el olor de multitud.En el discurso del miércoles anunció que al aguinaldo de diciembre no se le descontará Ganancias, un beneficio surgido del mismo espíritu: demostrar que el 8-N la hizo reaccionar. Me van a decir que dio una miseria y que no subió el mínimo no imponible. No seamos mezquinos. Yo la conozco y sé que tirarnos esas monedas le dolió más que cuando tuvo que pesificar sus dólares. Además, la pobre tiene un problema con el nombre del...

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