Inaceptable silencio

Sorprende, por no decir que degrada y asusta, que una institución como el Consejo de la Magistratura porteño haya preferido silenciar la escandalosa designación del controvertido juez Roberto Gallardo (ahora de licencia en ese cargo) como defensor adjunto interino en lo penal de la ciudad de Buenos Aires.Como se recordará, Gallardo fue nombrado para su nuevo puesto por el defensor general Mario Kestelboim, mediante una resolución en la que fundamentaba tal designación en la adecuada dinámica y experiencia del funcionario propuesto para "la tarea de comprender e intentar neutralizar los progresivos esfuerzos del Poder Ejecutivo de esta ciudad de criminalizar la protesta social y la pobreza", al tiempo que entendía que hoy en el distrito "existe un discurso político tendiente a perseguir penalmente a grupos que desarrollan actividades informales de subsistencia, como vendedores ambulantes, limpiavidrios, manteros, cuidacoches y cartoneros.La reacción del Consejo de la Magistratura fue mostrar su desacuerdo respecto de la designación a cargo de Kestelboim, tomarla como una propuesta y determinar per se si correspondía que Gallardo fuera defensor.Si bien la votación en la Magistratura fue luego en favor de la ratificación de Gallardo como defensor, esos sufragios quedaron supeditados al informe que en ese plenario se reclamó a la Justicia para determinar si, tal como se rumoreaba en ese entonces, Gallardo estaba procesado.El resultado fue que no sólo había sido procesado en primera instancia por el juez federal Norberto Oyarbide por incumplir los deberes de funcionario público y abuso de autoridad en una causa referida al Casino Flotante de Puerto Madero, en 2006, sino que ese procesamiento fue ratificado por la Cámara Federal un año después. Hoy el expediente se tramita en el juzgado federal de Julián Ercolini en la etapa de preparación de pruebas, rumbo al juicio oral.Esa situación es motivo suficiente para que los miembros de la Magistratura revean...