Un 'hacedor de puentes' y su ramo de olivo

http://www.lanacion.com.ar/1564034-cristina-partio-hacia-roma-donde-el-lunes-sera-recibida-por-el-papauna monarquía electiva y vitalicia . Naturalmente, no puede ser una monarquía "hereditaria", aunque en los tiempos de mayor corrupción de la Iglesia, durante el Renacimiento, hubo algunos hijos de papas que tuvieron enorme influencia y a quienes por recato se los llamó nepotes, que en italiano significa "sobrinos", para salvar las apariencias. Tal fue el caso del famoso César Borgia, hijo natural del papa Alejandro VI.http://www.lanacion.com.ar/jorge-bergoglio-el-nuevo-papa-t49071, del cual tomó su configuración electiva y vitalicia. Así como al emperador lo elegía el Senado romano de por vida, sin que pudiera transmitir por herencia su poder, del mismo modo al papa lo elige el Cónclave de cardenales, que es el Senado de la Iglesia. Pero con su renuncia, el papa anterior, el ahora "papa emérito" Benedicto XVI, trajo consigo una importante novedad institucional porque los poquísimos pontífices que renunciaron antes de él lo hicieron en medio de grandes conmociones, en tanto que Benedicto dimitió por decisión propia, sin que nadie se lo exigiera, cuando comprobó que le faltaban las fuerzas necesarias para gobernar a la Iglesia en el complejo mundo actual. A partir de Benedicto, pues, el papado es una monarquía electiva, vitalicia y renunciable .Recordábamos en un artículo anterior ("Ahora la pregunta es: "¿Habemus Papam?", 17/2) el film de Nanni Moretti en el cual se describía imaginariamente la angustia que asaltaba al mundo católico ante la decisión de un papa recién electo de no aceptar su tremenda responsabilidad. Es que los 1200 millones de católicos, vayan a misa o no, se sentirían huérfanos si les faltara el papa. Como se sabe, la voz "papa" significa simplemente papá . Por eso no sólo los católicos practicantes, sino también los no practicantes y hasta muchos no católicos que también habitan el mundo moderno, sentirían una suerte de orfandad inexplicable si la ausencia del papa, del "papá", se prolongara indefinidamente. No debe extrañarnos por ello que los cónclaves duren tan poco tiempo. Ante el mundo que los mira, los cardenales sienten la urgencia de un vacío por llenar.Estas consideraciones nos llevan a una conclusión tan discutible como inevitable: el papa es y no es idéntico a la Iglesia. Lo es, por supuesto, desde el momento en que ejerce sobre ella la máxima autoridad. Pero en cierto modo no lo es porque a su autoridad estrictamente...

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