Declaración de La Habana: II Cumbre de la CELAC
Las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe,
reunidos en La Habana, Cuba, en ocasión de la II Cumbre de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada los días 28 y 29 de enero de
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Reafirmando la vigencia del acervo histórico de la Comunidad, integrado, a su
vez, por el acervo histórico del Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el
Caribe sobre desarrollo e integración y por las Declaraciones, Comunicados
Especiales y decisiones aprobados en la I Cumbre de la CELAC, celebrada en
Santiago de Chile, los días 27 y 28 de enero de 2013; en la Cumbre Fundacional
de Caracas, el 3 de diciembre de 2011; en la Cumbre de la Unidad de América
Latina y el Caribe, realizada en la Riviera Maya, Cancún, México, el 23 de
febrero de 2010; en las Cumbres de América Latina y el Caribe sobre Integración
y Desarrollo, iniciadas en Salvador de Bahía, Brasil, los días 16 y 17 de
diciembre de 2008; y en el proceso de convergencia que dio paso a la CELAC.
Destacando que a dos años de la puesta en funcionamiento de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños hemos logrado construir un espacio de
diálogo y concertación política que nos une y hace posible la aspiración de
trabajar juntos por el bienestar de nuestros pueblos; que permite, a su vez, una
mejor inserción y la proyección de nuestra región en el ámbito internacional.
Ratificando hoy nuestra voluntad irrevocable de fortalecer este espacio de
diálogo político efectivo. Hemos sido, somos y seremos diversos, y a partir de
esta diversidad es que tenemos que identificar los desafíos y objetivos comunes
y los pisos de convergencia que nos permitirán avanzar en el proceso de
integración de nuestra región. Fortalezcamos nuestras democracias y todos los
derechos humanos para todos; demos mayores oportunidades a nuestra gente;
construyamos sociedades más inclusivas; mejoremos nuestra productividad;
estrechemos nuestro comercio; mejoremos nuestra infraestructura y conectividad y
las redes necesarias que unan cada vez más a nuestros pueblos; trabajemos por el
desarrollo sostenible, por superar las desigualdades y por una más equitativa
distribución de la riqueza, para que todas y todos sientan que la democracia les
da sentido a sus vidas. Esa es la misión de la CELAC, esa es la tarea a la que
hemos sido convocados y esa es la responsabilidad política que tenemos por
delante y de la cual deberemos dar cuenta a nuestros pueblos.
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Reiteramos que la unidad y la integración de nuestra región debe construirse
gradualmente, con flexibilidad, con respeto al pluralismo, a la diversidad y al
derecho soberano de cada uno de nuestros pueblos para escoger su forma de
organización política y económica. Reiteramos que nuestra Comunidad se asienta
en el respeto irrestricto a los Propósitos y Principios de la Carta de las
Naciones Unidas y el Derecho Internacional, la solución pacífica de
controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el
respeto a la autodeterminación, a la soberanía, la integridad territorial, la no
injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de
todos los derechos humanos, el Estado de Derecho en los planos nacional e
internacional, el fomento de la participación ciudadana y la democracia.
Asimismo, nos comprometemos a trabajar conjuntamente en aras de la prosperidad
para todos, de forma tal que se erradiquen la discriminación, las desigualdades
y la marginación, las violaciones de los derechos humanos y las transgresiones
al Estado de Derecho.
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Reafirmamos como principio general, que el fortalecimiento de la CELAC como
foro y actor político internacional es una de nuestras prioridades. En ese
contexto, consideramos fundamental buscar el perfeccionamiento de la
coordinación y la cooperación entre los miembros de la CELAC, en el marco de los
organismos internacionales, siempre que eso sea posible y viable.
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Expresamos nuestro más profundo pesar por el fallecimiento del Comandante
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías,
ocurrida el 5 de marzo de 2013, uno de los principales fundadores e impulsores
de la CELAC, humanista incansable e impulsor de la unión latinoamericana y
caribeña, que luchó contra la exclusión social, la pobreza e impulsó el
desarrollo integral de la región.
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Subrayamos nuestro propósito de continuar avanzando unidos en la concertación
y la integración latinoamericana y caribeña, y la consolidación de nuestra
Comunidad, conforme los ideales y sueños de nuestros libertadores y próceres.
Ratificamos nuestra decisión de establecer acciones que nos permitan prevenir, y
en su caso, afrontar coordinadamente, los efectos de la actual crisis
internacional de múltiples interrelaciones, que sigue impactando negativamente
en los esfuerzos de nuestros países para fomentar el crecimiento y el desarrollo
sostenible e integral de la región.
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Promovemos una visión de desarrollo integral e inclusivo, que garantice el
desarrollo sostenible y productivo, en armonía con la naturaleza, en aquellos
ámbitos en los que podemos construir sinergias, particularmente en áreas como la
energía, infraestructura, el comercio intrarregional, la producción de
alimentos, las industrias intermedias, las inversiones y el financiamiento, con
el propósito de alcanzar el mayor desarrollo social para nuestros pueblos.
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Asumimos nuestro compromiso con el desarrollo regional integrado, no
excluyente y equitativo, tomando en cuenta la importancia de asegurar un
tratamiento favorable a las economías pequeñas y vulnerables, a los países en
desarrollo sin litoral y Estados insulares.
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Saludamos los importantes resultados alcanzados en las Reuniones de
Coordinadores Nacionales y de Ministros de Relaciones Exteriores celebradas
hasta el momento, y llamamos a la aplicación de las decisiones y mandatos
contenidos en los acuerdos alcanzados, sobre la base de los principios de
flexibilidad y participación voluntaria.
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Reconocemos que la experiencia de los dos años de existencia de la CELAC,
demuestra la importancia del diálogo permanente para fortalecer el consenso en
temas de interés regional, sobre la base de los principios de la solidaridad,
complementariedad con otras experiencias o instituciones regionales y
subregionales, y cooperación, y orientado a alcanzar resultados efectivos para
lograr el desarrollo sostenible, solidario e inclusivo de los Estados
latinoamericanos y caribeños. Destacamos los avances en el diálogo con los
Mecanismos regionales y subregionales de integración.
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Llamamos a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes para hacer
frente a las fragilidades y desequilibrios sistémicos. Expresamos nuestro deseo
de trabajar conjuntamente para superar los desafíos que nos presenta el actual
escenario internacional, y a realizar esfuerzos para impulsar ritmos de
crecimiento económico sostenido, dinámico y de largo plazo para la región, que
propicien una equidad e inclusión social crecientes y la integración de la
América Latina y el Caribe, tomando en cuenta el valor del emprendimiento y las
PYMES como instrumentos para fortalecer las economías nacionales.
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Reafirmamos que para la erradicación de la pobreza y el hambre es necesario
impulsar políticas económicas que favorezcan la productividad y el desarrollo
sostenible de nuestras naciones, trabajar para fortalecer el orden económico
mundial en beneficio de nuestros países, fomentar la complementariedad, la
solidaridad y la cooperación, y exigir el cumplimiento de los compromisos de
ayuda al desarrollo, por parte de los países desarrollados.
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Ratificamos nuestra voluntad de promover el crecimiento, el progreso, la
inclusión social y el desarrollo sostenible de nuestros Estados, formulando y
desarrollando planes, políticas y programas nacionales con metas cuantificables
y calendarios, dirigidos a la universalización del disfrute y ejercicio de los
derechos económicos, sociales y culturales, con atención prioritaria a las
personas en condición de pobreza extrema y sectores en situación de
vulnerabilidad como las poblaciones indígenas, afrodescendientes, mujeres,
niños, personas con discapacidad, adultos mayores, jóvenes y migrantes.
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Saludamos el éxito de la III Conferencia Global sobre el Trabajo Infantil, y
reiteramos nuestro compromiso con la eliminación de las peores formas del
trabajo infantil antes de 2016, así como con la erradicación del trabajo
infantil en el más corto plazo posible.
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Saludamos la adopción de la Declaración y Plan de Acción de Caracas de las
autoridades de Desarrollo Social para la Erradicación del Hambre y la Pobreza.
Seguiremos trabajando en planes, políticas y programas nacionales para reducir
progresivamente las desigualdades de ingreso que están en la base misma del
hambre, la pobreza y la exclusión social mediante, entre otras, políticas
fiscales progresivas, de creación de empleos formales permanentes, de
protección, de asistencia y seguridad social, de establecimiento de salarios
mínimos y su elevación progresiva, las cuales se concretarían según las
capacidades de cada miembro de la CELAC, aumentando gradualmente la inversión
social.
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Otorgamos la más alta prioridad a fortalecer la seguridad alimentaria y
nutricional, la alfabetización y post-alfabetización, la educación general
pública gratuita, la educación técnica, profesional y superior de calidad y
pertinencia social, la tenencia de la tierra, el desarrollo de la agricultura,
incluyendo la familiar y campesina y del trabajo decente y duradero, del apoyo a
los pequeños productores agrícolas, el seguro al desempleo, la salud pública
universal, el derecho a la vivienda adecuada para todos y todas, y el desarrollo
productivo e industrial como factores decisivos para la erradicación del hambre,
la pobreza, y la exclusión social.
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Reiteramos nuestro compromiso para trabajar mancomunadamente en el
fortalecimiento de los mecanismos nacionales...
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