Grillo sembró antes de la tormenta en Troon

TROON, Escocia (De un enviado especial).- El gran final de Emiliano Grillo en la primera vuelta del Abierto Británico fue lo mejor que pudo pasarle a su ánimo. Y no es que en el trayecto de ida hubiera habido problemas, porque desde el hoyo 1 llevó el par de la cancha con una pulcritud y una paciencia envidiables: estuvo tan cerca del birdie en más de una ocasión que sólo el desenlace contuvo el inevitable lamento.

La otra cara de la moneda se dio en Fabián Gómez. Su tarjeta marcaba un solo hoyo bajo el par, el 12, un birdie que llegó en el momento justo, después del doble bogey en el 11. El clima había cambiado a esa altura, desde la mañana brillante de tan soleada, que abrió la puerta a muy buenos scores. Un ejemplo fue de Colin Montgomery, el más local de los escoceses, por su nacimiento en este condado: cinco birdies en los primeros nueve hoyos y un doble bogey en el 1 (mal presagio en el comienzo, que no se hizo realidad para el jugador de la gira Senior) lo ponían arriba en el tablero. Sin embargo, de vuelta subió tres hoyos y finalizó en el par.

Cuenta Grillo sobre lo que pasó en la tarde de Royal Troon: "Fue un buen final; di una buena vuelta para encarar bien el fin de semana. En la ida, simplemente la pelota no entró; me di las chances, pero es cuestión de tener un poco más de suerte en esos momentos". Si el chaqueño de 23 años hubiera sido un tercio de eficaz en el green que lo que fue en el resto del juego -la tierra atraía cada envío suyo al medio de los fairways casi siempre-, sería incalculable lo que eso habría resultado en los números. Emiliano parecía un golfista local de tantos suspiros que despertaba en la gente en las tribunas de ese tramo, cuando los putters rozaban los hoyos como éstos los burlaban.

"La mayoría de los golpes fue buena en los primeros nueve, y el que cayó en el bunker ni siquiera fue un tiro malo, sino una línea un poco más larga del rough; el bunker era bastante difícil, pero hice lo que pude", sigue Grillo. Y lo que pudo fue mantener el par. El balance final dio 71% de fairways alcanzados, 83% de greens y un promedio de 298 yardas con el drive, un dato éste que se apreció cuando cada pelota suya terminaba más lejos -o más cerca del objetivo- que las de sus compañeros de grupo, el holandés Joos Luiten (empleó 75 golpes, +4) y el estadounidense Charley Hoffman (quedó en el par, con 71). "No es algo importante; esta cancha no da ventajas al que pega más largo", relativiza.

"Sabía que el clima iba a...

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