¿La grieta adquiere otro trazado?

Alberto Fernández y su vice, Cristina Kirchner.

Estamos en un momento de verdad tanto a nivel nacional como internacional. Son sensaciones que se refuerzan por esta simultaneidad, donde tensiones que están sugeridas, que intuimos, que aparecen subrepticiamente, se manifiestan plenamente y fisuras que se intentan disimular ya se vuelven inocultables.

Esto está pasando a escala global porque la invasión de Rusia a Ucrania está acelerando y definiendo alineamientos internacionales que eran bastante dubitativos, tímidos, antes de este proceso que se va volviendo, por sus mismas dificultades, cada vez más sanguinario.

Y a nivel de la Argentina pasa lo mismo. Cuando uno mira hacia atrás desde la discusión de Cristina Kirchner con Alberto Fernández por el acuerdo con el Fondo, empieza a ver con mayor claridad, como suele suceder, una cantidad de hitos, de episodios que sugerían este desenlace. Lo que no está tan claro es cómo sigue esto.

Lo que vamos a ver, no tanto esta semana como la que viene, es un enorme esfuerzo de Alberto Fernández por disimular que hay una fractura dentro del oficialismo imposible de ser disimulada. ¿Por qué? Porque no se produjo en torno a temas tangenciales, no tiene que ver con si Santiago Cafiero va a ser o no candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, como pasó el año pasado, o si vamos a firmar o no tal tratado de comercio internacional cuyos efectos se verán a lo largo del tiempo. Esta es una encrucijada sobre temas centrales, son dos visiones ideológicamente contrapuestas sobre lo que hay que hacer con la economía. Fernández va a estar ante un choque de creencias. Y además, como está metido el FMI como tema bisagra de la discusión, implican también dos formas de alineamiento internacional.

Es decir que el Frente de Todos está discutiendo sobre temas que producen una nueva grieta o, tal vez, un rediseño, que ya no es de kirchnerismo y antikirchnerismo, sino de alineamientos alrededor de esta fisura ideológica.

Es una fractura activa, no es el producto de una inercia que quieren demorar, corregir o contener. El presidente del bloque de diputados del kirchnerismo, Máximo Kirchner, renunció y ni siquiera fue a aportar al quorum a la sesión donde se trató el acuerdo con el Fondo en la Cámara baja. Hay versiones, difundidas por la Casa Rosada, de que Cristina Kirchner persuadió a diputados que estaban en una posición ambivalente o distinta de lo que ella pretendía. Por ejemplo, Daniel Gollan. El exministro de Salud de la provincia de Buenos Aires había distribuido entre sus amigos un mensaje de WhatsApp explicando por qué, a pesar de todas las contradicciones que eso implicaba y lo desagradable que era tener que hacerlo, elegía votar a favor del acuerdo con el Fondo. Y terminó absteniéndose. En la Casa Rosada interpretan que fue por un llamado de Cristina, algo que Gollan desmintió en manera excesivamente sobria, casi como dejando estabilizada la versión de que la vicepresidenta se movió para conseguir, si no votos en contra, por lo menos, abstenciones.

Hay un quiebre en el bloque del Frente de Todos en el Senado. Era un área de total dominio de Cristina Kirchner. Su presidente, el formoseño José Mayans, no hacía ni hace nada sin consultarle a ella. Era impenetrable ese bloque, sobre todo para la Casa Rosada. Eso cambió, y hay una militancia del presidente Fernández y de su jefe de Gabinete, Juan Manzur, (no así del ministro del Interior, "Wado" De Pedro) a través de los gobernadores para darle vuelta senadores a Cristina en el bloque que, hasta hace poco, ella dominaba. La bancada se quebró desde la semana pasada cuando el Presidente se exhibió en una reunión con gobernadores en la que no estaban ni Alicia Kirchner ni Axel Kicillof (de Santa Cruz y Buenos Aires, respectivamente, totalmente ligados a la vicepresidenta) ni Gildo Insfrán, de Formosa, de quien formalmente depende Mayans, que en los hechos depende de Cristina.

Esta es una fractura muy difícil de recomponer pero que Fernández va a tratar de disimular. Y la primera forma en que se presume lo hará es no produciendo expulsiones de aquellos que serían elementos díscolos dentro de su Gobierno. ¿De qué estamos hablando? Anses, PAMI, DGI, el área de Energía tanto en gas como electricidad, áreas de la administración muy importantes que están dominadas por Cristina Kirchner a través de La Cámpora o de gente ligada ella. Hasta ahora, que se sepa, no van a ser reemplazados. Hay gente alrededor de Fernández que le pide sancionar a Claudio Lozano, director del Banco Nación que integra el Frente de Todos por su propio partido en la Capital Federal y ha llamado a movilizarse en contra del acuerdo con el Fondo mientras afirma que no va a renunciar. En el mantenimiento de Lozano está la definición del gesto de Fernández por decir "acá no pasa nada".

Conferencia de prensa Guzmán y Manzur

Sin embargo, pasa. Una fractura que es, por un lado, de creencias, y algo más importante, de enfrentamiento de pronósticos sobre lo que va pasar con el Gobierno. Esa es la división más operativa e inquietante entre el Presidente y la vicepresidenta. Las creencias ya las conocemos, habría que...

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