El gobierno de Maduro ajusta el cerco sobre la oposición y los medios

CARACAS.- El chavismo apretó ayer la bota militar sobre Venezuela , horas después de los sucesos violentos en las calles de Caracas, que provocaron tres muertos y decenas de heridos. "Enfrentamos un golpe de Estado", denunció el presidente Nicolás Maduro de forma pintoresca, luego de un desfile militar de tres horas, fuegos artificiales y la parafernalia habitual de la revolución.

El día después del denominado 12-F, una nueva jornada trágica en la historia de Venezuela, confirmó la promesa de "mano dura" realizada por el presidente. La primera medida fue instar a la detención de Leopoldo López , coordinador de Voluntad Popular y líder del sector radical de la oposición. Los agentes buscaron al político en la sede de su partido.

"López está en su casa, con sus abogados. No va a abandonar Venezuela, seguirá luchando en la calle y todos lo vamos a respaldar", dijo el dirigente Carlos Vecchio. La bancada chavista también anunció que quitarán la inmunidad parlamentaria a la diputada dirigente opositora María Corina Machado.

"El gobierno inició el aplastamiento selectivo y ejemplarizante de la disidencia en Venezuela", protestó Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano.

Otra ONG de derechos humanos, Provea, sufrió anteanoche en carne propia los abusos del oficialismo. Inti Rodríguez, su coordinador de medios, fue "secuestrado, golpeado e interrogado por un grupo de 20 personas uniformadas de negro, comandadas por una persona con características de funcionario policial", según la denuncia hecha pública.

Durante toda la jornada, salpicada de pequeñas protestas estudiantiles por todo el país y con presencia de tanquetas militares en Caracas y Mérida, abogados y familiares lucharon por la libertad de los más de 200 detenidos por todo el país. "Los estudiantes denunciaron que fueron torturados con electricidad", reveló el conocido abogado Alfredo Romero, que también acusó a los policías de Barquisimeto de obligar a los médicos a que les entregasen las balas extraídas del cuerpo de los heridos.

Nada se sabe, en cambio, de los paramilitares chavistas ("colectivos", en el diccionario eufemístico de la revolución) ni de los funcionarios que atacaron a balazo limpio a unos estudiantes que lanzaron piedras al edificio de la Fiscalía tras terminar la marcha pacífica. Dos personas murieron en el primer enfrentamiento: Juan Montoya, líder de los colectivos, y el estudiante Bassil Dacosta, alcanzado por un balazo en la cabeza.

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