Indignación y furia en Brasil contra el gobierno

RÍO DE JANEIRO.- Arde Brasil. Más de 200.000 personas se unieron ayer a las http://www.lanacion.com.ar/1593026-brasil-manifestantes-atacan-el-parlamento-de-rio-de-janeiro-con-bombas-molotovdesde el regreso de la democracia para reclamar por los http://www.lanacion.com.ar/1592625-dilma-asediada-por-protestas-y-represion-de-cara-al-mundial-de-futboldel próximo año y exigir que el gobierno invierta más en educación, salud y transporte.Al caer la noche, en una invasión simbólica, cientos de jóvenes "indignados" ocuparon la terraza del Congreso en Brasilia, mientras que en Río de Janeiro y en Porto Alegre hubo actos de vandalismo a edificios públicos."Brasil se jodió, el pueblo apareció", gritaban los jóvenes que participaron de las marchas, que habían comenzado pacíficamente por la tarde en rechazo al reciente aumento de tarifas de transporte en diversas ciudades, en especial en San Pablo, donde el jueves pasado una protesta del Movimiento Pase Libre fue reprimida con violencia por la policía.Durante toda la tarde reinó la tranquilidad en la manifestación en San Pablo, que reunió a más de 65.000 personas, y en el resto de las capitales estatales, como Río, Belo Horizonte, Salvador, Fortaleza, Porto Alegre, Curitiba y Maceió. Pero al caer la noche, la calma parecía haberse evaporado. Pequeños grupos de manifestantes provocaron disturbios en varias ciudades; la situación se desbordó y poco a poco la televisión mostraba escenas de caos en distintos puntos del país.En San Pablo, después de bloquear la Avenida Paulista, un millar de personas se dirigieron a protestar frente al Palacio dos Bandeirantes, sede del gobierno estatal, que fue invadido por manifestantes.En Río, un pequeño grupo de manifestantes se separó de la marcha general, que reunió más de 100.000 personas, y se dirigió a la Asamblea Legislativa. Lanzaron cócteles molotov contra el edificio, incendiaron un vehículo y luego se enfrentaron con piedras a la policía, que respondió con balas de goma y gases.En Brasilia, la capital, después de congregar a unas 10.000 personas en la Explanada de los Ministerios, miles de jóvenes lograron quebrar el cerco policial e invadieron la terraza del emblemático Congreso, lo que puso en estado de alerta al gobierno de Dilma Rousseff. Momentos de gran nerviosismo se vivieron cuando se pensó que los manifestantes ingresarían por la fuerza al edificio diseñado por Oscar Niemeyer. Más patrullas policiales llegaron al lugar con la intención de dispersar a los invasores...

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