Expectativas, logros y frustraciones de un proceso de paz

AutorJavier Giraldo Moreno, S. J.
Páginas61-99
61
Expectativas, logros y frustraciones de un proceso de paz
Revista de Estudios sobre Genocidio. Año 8, volumen 12, Buenos Aires, noviembre de 2017, ISSN 1851-8184 / ISSN-e 2362-3985
Resumen
Los diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y la insurgencia de las FARC se
iniciaron formalmente en agosto de 2012, luego de un período previo de exploración,
y concluyeron formalmente en noviembre de 2016 con la firma de un extenso Acuerdo
que ha sufrido múltiples enmiendas y que no acaba de consolidarse frente a perspec-
tivas constantes de nuevas enmiendas y amenazas persistentes de desconocimiento e
in-cumplimiento. Esta iniciativa ha centrado el debate político interno y externo. A nivel
interno la polarización se agudiza progresivamente; a nivel externo, produce curiosida-
des y expectativas por lo novedoso de algunas de sus soluciones.
Este artículo ubica el actual proceso en una perspectiva histórica de largo y me-
diano plazo y realiza una sistemática y detallada exposición de los puntos principales
del acuerdo, señalando los puntos propuestos por las FARC, las limitaciones y frenos
puestos por el Estado y los acuerdos a los que se llegó.
Abstract
Peace talks between the Government of Colombia and the FARC insurgency were formal-
ly initiated on August 2012, after an exploration period, and formally ended on November
2016 with the signing of an extensive Agreement that has undergone multiple amend-
ments and seems difficult to implement, challenged as it is with permanent prospects
of new amendments and persistent threats of being ignored or not being fulfilled. This
initiative has attracted political domestic and foreign debate. At a domestic level, the po-
larization is gradually growing deeper; at a foreign level, it awakens curiosity and expecta-
tions, given the novelty of some of its solutions.
This article places the current process at a long and medium term historical perspec-
tive and makes a systematic and thorough exposition of the main items of the agreement,
underlining the points put forward by the FARC, the limitations and obstacles put by the
State and the agreements reached.
Palabras clave: Colombia – crímenes de Estado – Acuerdos de paz - FARC – movi-
mientos sociales.
Keywords: Colombia – State crimes – Peace Agreements - FARC – social movements.
Expectativas, logros y frustraciones
de un proceso de paz
Javier Giraldo Moreno, S. J.
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Expectativas, logros y frustraciones de un proceso de paz
Revista de Estudios sobre Genocidio. Año 8, volumen 12, Buenos Aires, noviembre de 2017, ISSN 1851-8184 / ISSN-e 2362-3985
Los diálogos de Paz entre el Gobierno de
Colombia y la insurgencia de las FARC,
iniciados formalmente en agosto de 2012,
luego de un período previo de exploración,
y concluidos formalmente en noviembre
de 2016 con la firma de un extenso Acuer-
do que ha sufrido múltiples enmiendas
y que no acaba de consolidarse frente a
perspectivas constantes de nuevas en-
miendas y amenazas persistentes de des-
conocimiento e incumplimiento, han cen-
trado el debate político interno y externo.
A nivel interno, la polarización se agudiza
progresivamente; a nivel externo, produce
curiosidades y expectativas por lo nove-
doso de algunas de sus soluciones.
En los últimos 34 años, Colombia ha-
bía vivido cinco prolongados procesos de
paz, todos fracasados, si se entiende la
paz como algo de interés nacional. Solo
entre los gobiernos de Barco y Gaviria
(1986-94) hubo desmovilizaciones de
varias estructuras armadas pequeñas o
diezmadas que no se proyectaron en nin-
guna reforma social sino en prebendas
puntuales para cada desmovilizado. Ello
ha incidido en una cierta banalización de
la paz, no pocas veces utilizada como in-
centivo de politiquerías electorales.
Antecedentes y contexto
Prácticamente desde la independencia
de España, la situación de Colombia
es explosiva desde los puntos de vis-
ta económico, político, social y cultural.
Constituye una estructura violenta que,
aunque no se reconozca, es generado-
ra natural de guerras. Uno de los facto-
res eje ha sido el problema de la tierra,
acaparada por una élite minúscula que
ha recurrido a las formas más despia-
dadas de despojo y que utiliza todo
su poder para impedir cualquier inten-
1 En el siglo XIX hubo 9 guerras civiles nacionales, 14 regionales y múltiples revueltas locales; el siglo XX, iniciado con
la “Guerra de los Mil Días”, conoció períodos atroces de violencia, como la de los años 40 y 50, antes de que se
iniciara la proliferación de las insurgencias armadas en los años 60.
to de desconcentración. Otro factor
neurálgico ha sido la concepción del
Estado como botín de esa élite, a veces
acaparado por un solo partido que ha
buscado eliminar al otro u otros median-
te guerras civiles o revueltas regionales,1
y otras veces el botín ha sido comparti-
do entre dos partidos elitistas median-
te repartijas milimetradas que excluyen
constitucionalmente a quienes represen-
tan intereses de participación amplia. La
vergonzosa dependencia en lo económi-
co y en lo militar de la potencia imperial
hemisférica es otro factor enormemente
degradante, que mantiene una economía
volcada hacia el exterior y a su servicio,
en perjuicio de la población nacional, y
un dominio ideológico-militar extranjero,
estrictamente planificado, capaz de blo-
quear y exterminar cualquier intento de
rebeldía interna en favor de la justicia.
Un eminente sociólogo, el sacerdote
dominico francés Louis Joseph Lebret,
realizó un minucioso diagnóstico de la
sociedad colombiana en los años 50 y
concluyó que la clase alta representaba
el 2,5%; la clase media, el 12,5% y la cla-
se baja, el 85%. Por ello, cuando el esta-
mento militar afirmaba que estaba defen-
diendo la patria, el padre Camilo Torres
le repetía que confundían la “patria” con
las 24 familias de la élite. Una investiga-
ción realizada por el CIAS en 1972 logró
medir la concentración del poder econó-
mico, representado en las juntas directi-
vas de las instituciones financieras, las
sociedades anónimas con activos supe-
riores a 100 millones en ese momento y
las empresas cementeras de gran peso
en esa coyuntura, demostrando que 705
personas, que ocupaban 1.130 cargos
directivos, concentraban el poder econó-
mico, cuyo 80% residía en 64 personas, y
el 15% de esos nombres se superponían
en los más altos cargos de la política y el

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