La estrategia de comunicación oficial es hiperpresidencialista

Al margen de la orientación de las medidas económicas, los 25 días que lleva Alberto Fernández en la Casa Rosada muestran un cambio de rumbo claro en un rubro sensible de la gestión: después de cuatro de años de una política de comunicación hiperplanificada, el Presidente diseña la estrategia comunicacional a fuerza de intuición, multiplica sus apariciones y concentra el mensaje del Gobierno.Como ocurrió durante la campaña electoral, Fernández es el vocero político principal del oficialismo. Con Cristina Kirchner fuera del país y el Congreso desactivado desde hace dos semanas, la narrativa del nuevo gobierno se escribe con la letra del Presidente, que refuerza, sin ayuda de consultores, la construcción de su figura como la de un hombre común.De buena relación con la prensa, Fernández devolvió a los periodistas al lugar de intermediarios del mensaje, un papel que habían perdido con Cristina Kirchner, que apelaba a las cadenas nacionales, y que recuperaron parcialmente durante el gobierno de Mauricio Macri, quien muchas veces prefería apostar a las redes sociales y a la comunicación directa.La semana que pasó, por ejemplo, hizo dos notas radiales que le bastaron para fijar la agenda de casi toda la semana.Otra característica del modelo de comunicación hiperactivo e hiperconcentrado es que los ministros tienen apariciones puntuales, solo para referirse a temas vinculados a la gestión de sus áreas. El Presidente es el único que habla a agenda abierta, con la única excepción del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que de todos modos mantiene un perfil bajo.El esquema de apariciones públicas lo coordina el secretario de Prensa y Comunicación Presidencial, Juan Pablo Biondi. Vocero y amigo de Fernández, dirige un elenco de portavoces y voceros para todas las áreas del gobierno, que él se encargó de seleccionar. "Los ministros tienen que hablar de su gestión y tienen que dar notas cuando tienen algo para decir", es el mensaje que se repite en la planta baja de la Casa Rosada. El canciller Felipe Solá fue uno de los funcionarios a los que se les pidió que bajaran el perfil.El único que rompe ese esquema es el Presidente, que suele hacer entrevistas de las que sus colaboradores se enteran cuando ya están al aire."Alberto concentra la comunicación y el mensaje, y está bien que sea así. Él se pone al frente de esa tarea, conduce la comunicación, porque reniega de los consultores y porque es algo que viene haciendo desde que era jefe de Gabinete", dicen...

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