La esquizofrénica deriva argentina

El siempre hizo alarde de su capacidad de disociación. Lo primero que ha divorciado con éxito es la palabra de la realidad. Con el relato edificó una gran ficción en la cual buena parte del país eligió vivir mientras los hechos, y sobre todo sus propios actos de gobierno, pasaban por otro lado bastante más elemental. Los que resultamos inmunes al efecto de ese discurso narcotizante sabemos que la coherencia no es lo suyo. En su cuarto gobierno, por pura necesidad, el kirchnerismo está tratando de llevar ese hábito disociativo a nuevas alturas, aun a riesgo de romper el encantamiento del relato y caer al suelo.Solito, y a causa del pacto sellado con la vicepresidenta para volver al poder, el Presidente avanza por un sendero cada vez más estrecho que, de tan angosto, empieza a parecerse a un callejón sin salida. Desde los presocráticos, todo aquel que se les anime a los principios de no contradicción o de identidad está destinado a pagar los costos. "Lo que es, es, y lo que no es, no es", sentenció uno de aquellos griegos, dando nacimiento a una idea que luego sostendría el edificio de la lógica y que ahora, 2500 años después, el Gobierno pretende desbaratar. Hasta aquí, donde había negro el kirchnerismo decía blanco y así echaba un velo de palabras sobre los hechos. Ahora pretende que el verbo se haga carne y aspira a ser, a un tiempo, el blanco y el negro. Onda y partícula, como la luz. Difícil de aceptar. La pirueta, que supone ir un paso más allá de la posverdad, no le está saliendo bien.Para el Gobierno, Venezuela es una dictadura donde se cometen las peores atrocidades y al mismo tiempo un faro que ha de guiar a la patria al venturoso socialismo del siglo XXI. Hay una flagrante contradicción entre el voto del embajador argentino en las Naciones Unidas, que avaló la condena a los crímenes de lesa humanidad del régimen de Maduro, y las expresiones de referentes del kirchnerismo duro, que apuntaron a desagraviar al dictador venezolano como si de un prócer se tratara. Esta contradicción no configura un hecho aislado, sino que es ejemplo claro de un síntoma que se extiende sobre los actos del oficialismo.Esta semana, el Gobierno convocó a empresarios y sindicalistas a mesas sectoriales para buscar una salida de la profunda crisis económica y para obtener respaldo ante el FMI. Por otro lado, y en simultáneo, la administración avanza a la carrera en la conquista de la Justicia, Corte Suprema incluida, tras el objetivo prioritario de obtener la...

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