Contra 'la esquizofrenia de la fama'

Los seis años y medio de cautiverio de Ingrid Betancourt transcurrieron entre la angustia insuperable por la muerte de su padre, un mes después de que ella fuera secuestrada; los intentos de fuga -"yo cuento cinco, pero deben haber sido unos diez"-, y el silencio asfixiante de la selva.Hoy, la vida de la ex rehén de las FARC, de 48 años, consiste en "gozar de pequeños lujos", como es "estar con la gente que uno ama" e, irónicamente, disfrutar de su soledad.No es esa última la única paradoja de esta compleja ex parlamentaria. Betancourt, que apenas liberada pobló las pantallas de TV y tapas de diarios del mundo, se dijo sorprendida hoy por la "exposición de la intimidad" que representa Internet.-Durante su cautiverio, el diccionario le proveyó de todas las respuestas que había tenido "en lista de espera" en su vida. ¿Hoy le quedan preguntas que no haya podido responder?-Bueno, lo que sucede es que hoy hay un instrumento absolutamente maravilloso que es Internet. Cualquier cosa que a uno...

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