El espíritu de Bob Fosse, siempre presente

Bob Fosse siempre atrae. Por eso, Chicago y Sweet Charity fueron éxitos en sus últimas versiones porteñas, y lo sería Pippin si finalmente algún productor se decidiera a reestrenarla (hubo una ya lejana versión en 1977, con Raúl Lavié). Será por siempre uno de esos coreógrafos que, además, de haber sido geniales en lo suyo, sus espectáculos y su legado siempre serán vanguardia. Y por qué negarlo, también siempre será cool ir a verlos. Gustavo Wons estrenó El gran final, su musical tributo al gran director y coreógrafo en el teatro 25 de Mayo, en Villa Urquiza. Éxito inmediato. Hacía mucho tiempo que no se veía en Buenos Aires a un gran ensamble como protagonista de un musical que no necesita de artilugios escénicos sino de talento. Esta semana volvió al teatro Astral y ahora está a mano de aquellos que suelen transitar la avenida Corrientes. Entretanto, en Palermo (sala Siranush), la compañía de Bettina Toyos presenta también su homenaje a Fosse con Jazz Unlimited Company. Se me vienen a la mente anécdotas referidas a este personaje. En 1965 comenzó a escribir...

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