La esperanza está en la tierra

AutorMagdalena Bennásar Oliver

Hemos jugado a ser dioses sin apenas conocerle. Hemos repetido hasta el infinito en nuestra estructura social, eclesial y vital la torre jerárquica. Fue una desafortunada traducción del relato de la creación en el libro del Génesis, en lugar de “cuidad de la tierra…” se eligió “dominad…”

Qué decir lo que este “conveniente” matiz ha condicionado la vida de generaciones, no sólo de mujeres y hombres, sino también de especies y espacios. La tierra ha sido sometida, como lo ha sido la mujer, los niños y niñas y las personas diferentes por raza, condición social... Los animales y plantas, abajo del todo de la torre jerárquica han estado a nuestro servicio para uso y abuso.

Ellos: plantas, tierra, animales en millón y medio de especies reconocidas, estaban en nuestro planeta antes que los humanos. No nos necesitaban ni dependían, para nada, de nuestra existencia, más bien lo contrario. Ellos y ellas tenían sus procesos, sus encuentros, sus familias, su evolución.

Allá por el siglo XVI alguien descubrió el microscopio empezando con ello una revolución que sigue y sigue hablándonos de lo que no veíamos con nuestros ojos. También el telescopio alarga nuestra vista hasta casi el infinito, descubriéndonos nuestra pequeñez y nuestra grandeza a la vez, miles de galaxias y, nosotros, la tierra, un minúsculo planeta, no demasiado rocoso, ni demasiado líquido, ni demasiado grande ni demasiado pequeño, perfecto para desarrollar vida en millones de especies.

¿Has mirado una flor por un microscopio? ¿Qué ves? En una flor minúscula, que ahora en primavera pisamos sin darnos cuenta porque están por todo, se da la estructura más compleja y bella. ¿Has orado ante la belleza y complejidad de una hoja o de una hormiga? ¿Sabías que cada flor está diseñada para que sólo un tipo de insecto concreto pueda recoger su polen? Por ello, la flor sabe cómo atraerle y se viste del color y el perfume que a él le atrae, y le prepara una plataforma en su pétalo para que él se apoye, y le invita dentro indicándole con unas líneas dibujadas en sus pétalos por donde tiene que entrar… ¿Has dejado que la creación te hablara en lugar de tú y yo decirle al Creador lo que nos parece que tendría que hacer…?

Tenemos la suerte de estar sumergidas 10 semanas en un curso sobre la Espiritualidad de la Creación. Estamos descubriendo, desde las diferentes ciencias, incluida la teología, el otro libro, el que sí escribió Dios con sus dedos y soñó con su corazón, sin traducciones o mediadores que...

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