Cómo es un día en un consultorio inclusivo para personas LGBTIQ+: 'Cada vez llegan más niñas, niños y adolescentes con sus familias'

El médico Lucas Gutnisky y Federico Migueles, un joven trans de 21 años, durante una consulta.

A simple vista es un edificio estatal como cualquier otro. El acceso está sobre Colectora Este 659, en Belén de Escobar, donde funciona la Secretaría de Desarrollo Social de ese municipio bonaerense. Una vez que se sube las escaleras o la rampa y se atraviesa la puerta de vidrio, un banner recibe a los visitantes: "Consultorio inclusivo Claudia Pía Baudracco. Espacio creado para la diversidad sexual y corporal" . Debajo, pueden leerse algunos de los servicios que se ofrecen, junto a la aclaración de que todos son gratuitos: atención integral para personas trans, medicina general, equipo interdisciplinario , etcétera.

A un costado, está el escritorio con tres recepcionistas. Una de ellas es Araceli Paz Mera, una mujer trans de ojos grandes y castaños, y sonrisa amplia. Tiene una lista con los nombres de las 10 personas (siete mujeres y tres varones trans) que ese martes sacaron turno para el consultorio inclusivo y esperan ser nombradas en la sala de espera.

"La mitad de las personas que atendemos son menores de 25, lo cual hace 10 años parecía algo impensado. Muchas llegan acompañadas por sus familias" , explica Lucas Gutnisky, médico endocrinólogo con una basta trayectoria en la atención de personas trans, y quien antes de llegar a Escobar trabajó en los hospitales Ramos Mejía, de CABA, y de San Isidro. No tiene el guardapolvo o el ambo que suelen llevar los profesionales de la salud en las instituciones: viste una remera blanca que deja al descubierto los tatuajes de sus brazos y un pantalón gris. Tiene un aire descontracturado y amigable.

Araceli Paz Mera, quien trabaja en la mesa de entradas, en plena atención.

La mayoría de las consultas que reciben son de población trans y, en el último año, la edad de la demanda bajó significativamente: además de adolescentes y jóvenes, llegan cada vez más chicas y chicos pequeños, de 5 o 11 años, por ejemplo, junto a sus padres.

En esos casos, lo que ofrece el consultorio (articulando con el Servicio de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes municipal) es un lugar de asesoramiento, escucha, contención y referencia , que pueda acompañarlos en cuestiones tan cotidianas como garantizar que en la escuela se respeten los derechos de sus hijos y se les permita usar el baño correspondiente a su identidad de género, o aspectos más administrativos, como cambios en el DNI, por ejemplo.

En pocas palabras, es un espacio de cuidado en el sentido amplio de la palabra, con una mirada abarcativa de lo que implica la salud de una persona. No tienen un registro de cuánta gente recibieron desde que abrieron sus puertas en 2019, ya que muchos de quienes pasan por allí hacen una consulta puntual y no regresan, pero sí se sabe que son 153 las personas que en estos años se hicieron allí un tratamiento...

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