La efeméride de una facción

Imaginemos a un extranjero que por primera vez visita la Argentina, que sabe poco y nada del país y que asiste por TV, desde su cuarto de hotel, a la celebración del 25 de Mayo realizada ayer en Resistencia. Si se guía por el discurso de la Presidenta, ese forastero volverá a su casa y les contará a sus hijos que el 25 de Mayo los argentinos conmemoran la llegada de Néstor Kirchner al poder y el venturoso proceso de transformaciones que se inició en ese momento. ¿1810? Ni una sola referencia. Borrado de la historia.El 25 de Mayo quedó reducido ayer, en el Chaco, a ser una efeméride de facción. El cumpleaños de la patria pasó a ser el cumpleaños del kirchnerismo en el poder. Cristina Kirchner aprovechó el calendario oficial para rendir un homenaje emocionado a su esposo muerto. Esa apropiación supone que la memoria de Néstor Kirchner está rodeada de un consenso unánime. Nada que sorprenda: desde hace siete meses el Gobierno viene nacionalizando el luto del oficialismo. Como si el duelo por "él" fuera el duelo de todos. Hay que reconocerle al peronismo una saludable evolución hacia el pluralismo. Hace casi 60 años, otro viudo estatizaba su dolor uniformando a los demás con una corbata negra. Se ha avanzado mucho.La propensión del kirchnerismo al unicato no merecería comentarios. Lleva ya ocho años en exhibición. Sin embargo, el discurso presidencial de ayer tiene un gran valor coyuntural, ya que revela la estrategia central de la Casa Rosada para ganar las elecciones de octubre.La narración de la Presidenta es sencilla. El 25 de mayo de 2003, Kirchner llegó desde el Sur para "comprometer su vida" en la realización del sueño de miles de argentinos que, 30 años antes, es decir, con la asunción de Héctor Cámpora, "se habían convocado para cambiar la historia". Cuando asistió a ese momento inaugural, ella confesó ayer cómo se sintió: "Tuve la íntima convicción de que nos iba a costar mucho. Tal vez no imaginé cuánto. Pero estoy segura de que, desde el lugar donde esté, él está conforme con la vida que tuvo, porque tuvo la suerte de ver realizados sus sueños. Estos años de transformaciones ubican hoy a la Argentina en un lugar inimaginable".La muerte de Kirchner queda, de este modo, politizada. Fue la muerte de un militante, de alguien que dio la vida por una causa. El resultado de ese sacrificio es su éxito post mórtem. "El sueño que tenías ese 25 de Mayo, cuando juraste como presidente, se hizo realidad", le dijo la Presidenta a su esposo ayer, y agregó: "No sé...

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