Edimburgo: el palacio y la catedral elegidos para la despedida oficial en Escocia

El castillo de Edimburgo.

Edimburgo es una ciudad chica pero muy pesada, divisible en vieja y nueva, segunda etapa que nació recién en la segunda mitad del siglo XVIII. Old Town New Town: anverso y reverso de una realidad urbana sustentada en piedra. Una, umbría y extremadamente austera, a la que se le opone la holgura espacial, la luz natural, las áreas verdes.

La famosa Milla Real (Roral Mile) es la calle principal de la Edimburgo original, el espinazo que en menos de dos kilómetros vincula el Palacio de la Cruz Sagrada -The Holyrood House, más conocido como The Holyrood Palace - con el Castillo de Edimburgo , piedra fundacional de esta ciudad. Nunca mejor dicho: la fortaleza echa sus bases sobre un escarpado peñasco de origen volcánico y verticales dramáticas.

Y porque aquí empezó la historia de la capital de Escocia es que la visitan más de dos mil personas por día; las colas, interminables, son una constante desde que arrancan las visitas a las nueve y media de la mañana. Por ello se recomienda llegar con tiempo, dado que el recorrido demanda varias horas. El castillo está abierto hasta las cinco (de abril a septiembre) y las seis (de octubre a marzo) de la tarde. Del mencionado palacio, se puede acceder gratis sólo a las áreas exteriores.

The Holyrood House marca el final de la Royal Mile.

Qué hay para ver y visitar

Al pie del promontorio, en el punto de acceso a la fortaleza, arranca el derrotero de la Royal Mile que concluye en la residencia oficial de la reina María Estuardo (siglo XV), a pocos pasos del Parlamento de Escocia. Detrás de la residencia se aprecia la abadía, y se dice que en sus ruinas se inspiró Mendelsohn para componer, en el siglo XIX, la sinfonía escocesa. Es una caminata breve en distancia, pero no en tiempo.

Además de los espejismos previsibles -tiendas de souvenirs (atiborradas de tartán hecho kilts, bufandas, guantes, ovejitas, perritos Bobby, zapatillas, individuales, boinas, delantales) y virtuosos gaiteros de intachable vestidura tradicional escocesa-, de los pubs, cafés, varios museos y algunas iglesias hay perlitas ocultas entre los vericuetos de las construcciones de la Old Town. Las más antiguas datan de finales del 1400, como las que registra Canongate, en la High Street, donde habitaban canónigos agustinos. El tramo que ocuparon los textiles terminó llamándose Lawnmarket St., y así es como se fue componiendo la Milla Real, hoy jalonada de monumentos dedicados a celebridades de esta sociedad.

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