Droga y Política. Padre Pepe

Padre Pepe: “La droga se ha instalado en los últimos años”

AICA on line, 27.09.2013

Luego del segundo encuentro de Pastoral Nacional sobre Drogadependencia con las diócesis de la región Patagonia-Comahue, el presbítero José María “Pepe” Di Paola reflexionó en una entrevista periodística en Caleta Olivia sobre el trabajo que se viene desarrollando desde la Pastoral Social para acompañar a las personas que caen en las adicciones, y se alegró de notar que en distintas partes del país la gente busque organizarse y dar respuesta a este problema.

Vos decías recién en la charla que una cosa es combatir la droga, en lo que tiene que ver con la criminalidad y otra es tratar de salvar a los chicos.

Padre Pepe: Sí, de hecho cuando uno ve la estructura de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción (Sedronar), hay una línea que tiene que trabajar en la lucha contra el narcotráfico. En eso la actividad barrial no tiene un papel importante. Ese papel hay que dejárselo a las fuerzas de seguridad, a decisiones políticas que tienen que salir del Estado, nacional, provincial y municipal.

Otra cosa es el trabajo de un barrio, donde se quiere recuperar a los chicos que tienen problemas con las drogas o que se organiza como comunidad preventiva para que los pibes no caigan en el problema. La parroquia, la escuela, el club, distintas organizaciones empiezan a tener un rol protagónico si se organizan. Tienen como horizonte esta realidad, que la droga ha avanzado en el país, se ha instalado en los últimos años. Y es muy importante trabajar como una comunidad organizada en lo que es la prevención y la recuperación.

¿En qué consisten estos “centros barriales” que mencionás?

Padre Pepe: El centro barrial es una respuesta bien concreta de la Iglesia a esta problemática, distinta de la que entablan el adicto y el profesional respecto a la sustancia. Hay una comunidad que se hace cargo, donde trabajan los profesionales, también los voluntarios, los referentes positivos en la vida de estos chicos. A veces, el abrir un consultorio no significa que los chicos vayan a ir; entonces, se necesita un ámbito de escucha, de encuentro, de amistad y en eso la Iglesia tiene mucha historia para poder realizarlo. Por eso pongo el ejemplo de san Juan Bosco. Su primer oratorio era el lugar donde iba recibiendo a los chicos más marginados, más olvidados y después se transformaron en jóvenes que viven la vida y la luchan. Y logran cumplir objetivos que les...

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