El drama de las personas en situación de calle con problemas de salud mental: 'Si estoy loco, ¿por qué nadie viene a ayudarme?'

Carlos vive a la intemperie, sobre la vereda de una calle del barrio porteño de Palermo, y reconoce tener problemas de salud mental. Foto: Teresa Buscaglia

Un colchón, una cartuchera con lápices de colores y un bolso con libros de arte. Esas son las únicas pertenencias de Carlos, que hace varios años vive a la intemperie, sobre la vereda de una calle del barrio porteño de Palermo . Carlos tiene 42 años y un cuerpo muy delgado. No debe pasar de los 50 kilos. Enfrenta el frío con un buzo y un jogging de telas gastadas , casi transparentes. Hace unas semanas, una cuadrilla del área de Espacio Público e Higiene Urbana de la ciudad se llevó la carpa que usaba para dormir y guardar sus cosas.

Está sentado en su colchón, con la mirada perdida. Al hablar con él, su discurrir no se detiene por la ansiedad que le provoca que alguien lo visibilice. La mirada de Carlos se pierde, le cuesta sostener la atención durante una conversación. Los vecinos que salen de sus casas, lo saludan con cariño y él responde con un movimiento de cabeza. Se conocen. Son, también, sus vecinos. Pero no sonríe. Carlos se autodefine como un artista y se siente incomprendido por una sociedad que lo rechaza. "Soy un enfermo social, porque vivo en una sociedad que está enferma y me enferma".

Los peatones pasan a su lado y casi no lo ven. O hacen como que no lo ven. Otros, se apartan con temor al descubrirlo. Una adolescente se detiene a mirar sus obras y se las halaga. Carlos repite que hay gente que lo quiere sacar de ahí, que se siente perseguido por la Policía. Cuando empieza a hablar, no se detiene y alterna anécdotas personales con historias inverosímiles. Pasa de la autocompasión al enojo y del pedido de ayuda al reclamo. Usa letras de canciones icónicas con sarcasmo: "El grito sagrado, libertad, libertad… todo es un cinismo irreverente", murmura.

Carlos es una de las 3511 personas que viven en situación de calle en la ciudad de Buenos Aires, según el último censo hecho por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, en abril de este año. Pero él, como muchos otros, además tiene un trastorno mental y consumos problemáticos, situaciones que el censo no detalla ni contabiliza. De alguna manera es un síntoma de algo que complejiza la posibilidad de que personas como Carlos puedan salir de la situación en la que están: en CABA no hay un espacio o centro que pueda recibir y ofrecerles un tratamiento a quienes están en situación de calle y además tienen problemas de salud mental y de adicciones. Mientras que si acceden a una internación en un hospital psiquiátrico o en un hospital general, al salir no existe un plan de seguimiento y acompañamiento que los ayude a no...

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