A don Raúl Alfonsín, en su recuerdo

AutorComité editorial

El recuerdo de quienes ya partieron puede ser doloroso o esperanzado. En este caso, esperanzado, porque lo que el presidente Alfonsín sembró, ha crecido, especialmente la defensa de los Derechos Humanos y la amistad con Brasil y con Chile.

Mucho se podrá decir de su Presidencia. Nos detenemos brevemente en que le ofreciera a Italo Luder integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación para darle la oportunidad de controlar su gobierno, en que creara la CONADEP e impulsara los juicios a los militares y en que le mostrara al presidente Sarney las instalaciones atómicas en curso para asegurarle que nunca se utilizarían para fabricar la bomba. Estos aspectos de su Presidencia hablan por sí solos. Por lo demás, como él mismo dijera en algunas oportunidades: "le tocó bailar con la más fea".

Pero, don Raúl: bailó bien. Descanse en paz.

Reflexiones
Oscar Antoio Cuartango, Ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires

Raúl Alfonsín inició y afianzó este ciclo democrático que lleva una continuidad de 26 años.

Fue unos de los pocos, sino el único dirigente político, que en 1982, en medio del triunfalismo oportunista reinante, se opuso a la vía armada como medio para recuperar las Islas Malvinas.

Fue quien afianzó la paz con la hermana República de Chile, finalizando con los conflictos limítrofes.

Fue quien promovió el enjuiciamiento a los integrantes de las Juntas Militares responsables del mayor genocidio de nuestra historia.

Fue austero, honesto y respetuoso de las instituciones republicanas.

Fue un gran demócrata

Los argentinos despedimos a un Gran Hombre.

Analía Cañibano, profesora de historia, productora rural (Gral Villegas, pcia.de Bs.As.)

Alfonsín sinónimo de honestidad, cualidad que hoy escasea entre la dirigencia política, donde predomina el egoísmo, el consumismo, el vedettismo, la perversión, la maldad, la hipocresía.

En esta crisis que estamos viviendo se está demostrando que el problema no es de los sistemas, comunista (caída muro de Berlín) capitalista, sino de las personas inescrupulosas que llegan al poder no para hacer el bien, sino para beneficiarse ellas personalmente a cualquier costo, sin importarle la vida de los demás.

Se predica con el ejemplo, y Alfonsín...

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