La diplomacia de Hollande, una amenaza... para su silueta

PARÍS (De nuestra corresponsal).- La conmemoración del 70° aniversario del desembarco en Normandía obligó al presidente francés, François Hollande, a sacrificar su silueta en favor del protocolo y de la necesidad de acercar a Occidente y Rusia, alejados por la .En su condición de anfitrión de las ceremonias, ayer se vio obligado a tomar el té con la reina Isabel II de Inglaterra, en un restaurante de alta gastronomía que tiene una estrella en la Guía Michelin y, sin respiro, comer nuevamente con el presidente ruso, Vladimir Putin, hoy en muy con su par norteamericano.La cena servida a partir de las 19 corresponde exactamente a la definición del reputado diccionario Littré: comida que se sirve de 5 a 7 de la tarde. Para agasajar de la mejor manera posible a su huésped, Hollande eligió el restaurante gastronómico La Chiberta, ubicado a dos pasos del Arco del Triunfo. El menú de esa comida, preparado por el chef Guy Savoy, incluía ensalada de langosta azul, róbalo con legumbres y de postre terrine de naranjas y pomelo en salsa de té, todo acompañado con un borgoña blanco Nuits de Saint-Georges y un tinto Chateau Margaux.Antes de la campaña presidencial de 2012, Hollande se había sometido a un riguroso régimen Dukan, que le hizo perder 20 kilos. Pero, una vez que llegó al poder, recuperó parte del peso perdido, a pesar de sus denodados esfuerzos por conservar la línea. Ayer tuvo que romper esa disciplina: pocos minutos después de terminar la cena con Obama, a las 21, recibió en el Palacio...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR