El dinosaurio que nunca se fue del todo

CIUDAD DE MEXICO.? "Si el pasado vuelve es porque no se ha ido nunca." La célebre frase de Carlos Monsiváis recobra sentido tras el virtual triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales celebradas ayer. Para satisfacción de unos y desdicha de otros, el "dinosaurio", como en el cuento de Augusto Monterroso, todavía estaba allí.Plutarco Elías Calles, el más avivado de los caudillos de la Revolución Mexicana, tuvo una visión premonitoria a fines de los años 20 del siglo pasado. México necesitaba un partido único, fuerte y cohesionado para sofocar las llamas que habían prendido en México durante dos décadas. Asesinado el general Alvaro Obregón, Calles tomó las riendas del país y fundó el Partido Nacional Revolucionario, embrión del futuro PRI. Si la idea funcionaba, barruntaba el general, México se adentraría en una era de paz y estabilidad. La libertad se dejaría para más adelante, cuando el "ogro filantrópico", como denominó Octavio Paz al PRI, lo considerara oportuno.La senda hacia una mayor democratización de las instituciones fue larga y tediosa. Siete décadas se tomó ese "monstruo" dadivoso para transitarla. Y en el camino escribió algunas de las páginas más ominosas de la historia reciente de México: la matanza de Tlatelolco, el megafraude electoral de 1988, la represión tras el levantamiento en Chiapas?Apeado del poder en 2000 por el conservador Partido de Acción Nacional (PAN), al PRI se lo declaró en estado de rigor mortis seis años más tarde, en las elecciones de 2006, en las que el PAN y el izquierdista Andrés Manuel López Obrador acapararon el 70% de los votos. Pero aquellos que entonces daban por muerto al PRI olvidaban que todavía seguía conservando amplias cuotas de poder local. El entramado del otrora partido hegemónico no se había derrumbado.Ahora, el PRI ha vuelto de la mano de Enrique Peña Nieto, un político joven, que conjuga rasgos reaccionarios del pasado con promesas de modernización del país, como la aplicación de reformas estructurales y la lucha contra la corrupción.Pero, ¿por qué un partido como el PRI, que ejerció una política autoritaria durante siete décadas, ha logrado que cerca de cuatro de cada diez mexicanos hayan vuelto a confiar en sus propuestas? Los intelectuales consultados por La Nacion coinciden en que los factores más visibles ?el clientelismo, la corrupción, la incultura política, la pobreza, etcétera? siguen siendo determinantes y explican en parte ese respaldo. Pero no son...

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