Después del fuego, sólo queda devastación

ALGARROBO.- Con una rama, Guillermo Ostrovsky se toma su tiempo para dibujar en el suelo la extensión de su campo. Piensa, dibuja un rectángulo, hace una raya en el medio, otra y otra más, hasta que dice: "Tengo 100.000 metros de alambre y ya no sirve el 85%". El cerco perimetral es lo primero que deben recuperar los productores agropecuarios para proteger el ganado vacuno que se salvó de las llamas que devastaron la zona del Meridiano V, esa línea imaginaria que separa las provincias de La Pampa y Buenos Aires, una de las áreas más castigadas. "¿Cuánto se tarda en arreglarlo? Todo una vida", se lamenta.

Ostrovsky la pasó mal esta semana. El miércoles, el fuego, que asomaba desde el centro pampe-ano, llegó hasta la puerta de su casa, quemó maquinarias y estuvo cerca de hacer explotar las garrafas de gas de las que se abastece.

En total perdió 4000 hectáreas. "Esto es devastador. Es peor que las dos sequías que tuvimos porque el fuego, de un día para otro, te saca todo", se lamenta.

Hace un mes los incendios empezaron a multiplicarse en el centro del país y arrasaron con un millón y medio de hectáreas. En el partido de Villarino, específicamente en Algarrobo, se combatieron los focos más intensos y a pesar de los esfuerzos de bomberos, personal de Defensa Civil y los propios vecinos y de los operativos controlados por la Superintendencia de Seguridad Siniestral de la provincia de Buenos Aires, el panorama es hoy desolador. Las llamas, que hasta antenoche pusieron en peligro la vida de los habitantes del lugar, les dieron paso a las cenizas, los árboles carbonizados y los pastizales arrasados. Animales que corrían por las calles de tierra, escapando de la zona del desastre, y cadáveres hinchados de vacas dan cuenta de las consecuencias que tuvo para la fauna una de las peores catástrofes ígneas de la Argentina.

Hasta anoche, aunque el peligro continuaba latente por las condiciones climáticas adversas, con ráfagas de viento que superaban los 50 km/h, el fuego estaba contenido en el sur de la provincia de Buenos Aires y en gran parte de La Pampa. Los controles sobre los campos incendiados, donde se practicaron la técnica del contrafuego para frenar la voracidad de las llamas, no cesan para confirmar que el siniestro fue sofocado. Sin embargo no se descarta que puedan aparecer otros focos si las condiciones climáticas empeoran.

"El fuego está contenido. No podemos decir que ya está controlado porque hay lugares con brasas que entraron en el...

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