Después del festejo, la hora de la letra chica

WASHINGTON.- Ahora es cuando viene la otra parte. Fuera de la plástica emoción de una bandera que ondea contra el cielo celeste, la hora de abrir expedientes y con ellos, desempolvar reclamos.

Los cubanos, por más de 100.000 millones de dólares, según afirma una estimación que ya hicieron circular. Los norteamericanos a su vez no se olvidan -por las dudas- de aquel "¡Se llamaba! ¡Se llamaba!" que coreaba la multitud cada vez que Fidel Castro anunciaba el nombre de alguna empresa norteamericana que nacionalizaba en la isla.

Un extremo y otro son la cara y contracara de los reclamos cruzados que se hacen de un lado a otro y sobre los que habrá que trabajar apenas se asiente sobre la mesa el polvillo de los fuegos que, naturalmente, acompañaron la reanudación de relaciones.

"Ya están reanudadas. Ahora... empecemos" era, palabras más, palabras menos, la idea que flotaba ayer, mientras se daba la bienvenida a la delegación liderada por John Kerry, que viajó a Cuba -"nuestros vecinos"- para el izado de la bandera.

¿Qué de todo lo que hay en agenda vendrá primero? ¿La negociación por el futuro de la base de Guantánamo? ¿El mejoramiento de los derechos humanos en la isla? ¿El pago de compensaciones económicas de uno y otro lado? ¿La deportación de cubanos detenidos en Estados Unidos? ¿El levantamiento del embargo? ¿O serán los cruceros y las inversiones en turismo y otros negocios?

No hubo ayer respuestas para eso. "Habrá una comisión y la comisión será la que diga las prioridades", se explicó. Mientras la comisión" se forma, se reúne y se expide, las conjeturas dan para todo y tienen, por ahora, al menos, su favorito en los cruceros y en el turismo.

Como casi todo en lo que hay una comisión de por medio, es posible que las respuestas no se ajusten al blanco o al negro sino que busquen un camino alternativo por la senda de los millones...