Despachantes, portuarios y la mediocre dirigencia argentina

En el juego de las indiferencias políticas, el bien mayor, esencia que no conoce impurezas, se desvanece. Y la culpa es de la pandémica mediocridad dirigencial.La idea política (bélica) de que siempre hay costos (víctimas) en el logro de un bien mayor es pueril, y amputa el deber irrenunciable de lograr consensos. No hay mentiras piadosas porque no es piadoso mentir. No hay posibilidad de llegar a un bien mayor ultimando bienes menores o provocando males menores.El derrumbe moral de las instituciones provocó la crisis dirigencial. Sin un marco institucional firme, la negociación de corto plazo –ese "reunionismo" efímero– es la herramienta que destronó al diálogo por sobre todas las cosas. Creer que se gana porque se respeta el deseo de las bases es el error más común del dirigente mediocre. Ganará votos. Perderá trascendencia como líder. Contará los árboles de su jardín. Nunca verá el bosque.Quedan pocos líderes en la Argentina, lo suficientemente lúcidos para resistirse a tomar atajos si ello implica renunciar al bien común, al bien último. Dos hechos recientes prueban la mediocridad dirigencial.El primero se da entre los despachantes de aduana, que renuevan autoridades este jueves. Gustavo López y Antonio Cairo van por la reelección. Cuando llegaron, hace tres...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR