El desempleo opacó la fiesta y el entusiasmo de Obama

CHARLOTTE, Carolina del Norte- . Apenas barrido el papel picado de los tres días de fiesta partidaria, el presidente norteamericano, Barack Obama, y el país entero amanecieron con un desalentador informe que opacó el entusiasmo demócrata: la economía no se recupera lo suficientemente rápido y apenas logra generar empleos.Un informe oficial reveló ayer que la tasa de desempleo bajó, en agosto pasado, de 8,3% a 8,1%. En apariencia bueno, el dato es engañoso: el indicador cayó porque muchos norteamericanos dejaron de buscar trabajo, hartos ya de no encontrarlo. La parte más negativa del anuncio fue que la economía sólo sumó 96.000 nuevos puestos durante el mes pasado, contra los 125.000 esperados por los analistas y la Casa Blanca. Y, más grave aún, contra los 139.000 creados mensualmente durante 2011."Yo sé que los datos no son suficientemente buenos", fue la primera frase pública de Obama en la jornada. Casi una confirmación de su reconocimiento hecho horas antes de que la recuperación prometida "tomaría más tiempo" de lo esperado y que transitaría por un "camino de dificultades".La mala noticia ratifica el bajo ritmo de la economía del país, lo que alimenta la presión sobre la Reserva Federal para que baje la tasa de interés e intervenga a través de otra "expansión cuantitativa" para estimular la actividad.Faltan sólo 60 días para las elecciones, y en el comienzo de la recta final, el dato fue un fuerte golpe para la esperanza que quiso poner Obama anteanoche en el cierre de la convención demócrata y una confirmación del baño de realismo que impuso a su mensaje."Nuestros problemas tienen solución", dijo, pero esa solución vendrá sólo después de un duro pasaje que demandará "más tiempo" -no se sabe bien cuánto- que el esperado.Es un despertar a la realidad con que terminan diez días de adrenalina política que inyectaron en la sociedad las dos convenciones partidarias consecutivas. En ellas, los republicanos primero, y los demócratas después, consagraron sus propuestas para las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.Un mismo escenario para dos visiones distintas. Con Mitt Romney y Paul Ryan como candidato a presidente y a vicepresidente, respectivamente, los republicanos centraron su mensaje en la toma de riesgos individuales. Con el llamado a la reelección de Obama y de Joe Biden como su segundo, los demócratas agudizaron un mensaje de construcción colectiva y abarcadora de la diversidad social.En reacción a los datos del desempleo, Romney aprovechó...

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