Sin descanso, Dilma anticipa una batalla en todos los frentes

BRASILIA.- A pesar de la suspensión de su cargo de presidenta, Dilma Rousseff no se tomó ni un día de descanso. Convocó a los medios extranjeros -entre ellos LA NACION- a la residencia oficial del Palácio da Alvorada, convertida en su cuartel de la resistencia, donde afirmó que se defenderá del "golpe parlamentario", que viajará por el país -y tal vez al exterior- para explicar su posición frente al juicio político, y advirtió que el "ilegítimo" gobierno interino de Michel Temer podría usar métodos ilegales para preservar el poder.

Más descansada, relajada y hasta con señales de buen humor, Dilma estuvo acompañada en la sala de reuniones de la Alvorada por su principal defensor en todo este proceso, José Eduardo Cardozo, ex abogado general de la Unión y ex ministro de su gobierno. Insistió una y otra vez en que Temer conquistó el Palacio del Planalto a través de un impeachment fraudulento, que no tiene bases legales, sino políticas.

"Mi salida no es sólo una cuestión jurídica, es también política. Entonces tenemos que defendernos política y jurídicamente. Esa defensa se hará para toda la sociedad brasileña y pretendo ir cada vez que sea invitada a responder sobre las razones que llevaron a este proceso, con las que tengo una profunda discordancia", señaló.

Apuntó que viajará por todo Brasil y también por otros países si es invitada para sostener sus ideas. "Si considero que es adecuado, voy a viajar a cualquier lugar", dijo al ser consultada sobre una posible búsqueda de apoyos en la región y el mundo. Y no descartó incluso ir al Vaticano para reunirse con Francisco, que ha expresado su preocupación por la crisis política brasileña.

"Si el Papa me invita, iré. Tengo una inmensa admiración por el Papa", destacó sobre Jorge Bergoglio, con quien estuvo dos veces: durante su asunción como Pontífice, en marzo de 2013, y cuando Francisco fue a Brasil para participar de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, en julio de aquel año.

Cardozo, por su parte, no descartó acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero aclaró que aún "no es el momento".

A diferencia de lo que sucedió con Fernando Collor de Mello cuando fue suspendido de la presidencia en 1992, el actual presidente del Senado, Renan Calheiros, le concedió a Dilma numerosos derechos de los que podrá...

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