El desafío del poliedro

AutorFrancisco

Francisco a los universitarios: 'No miren la vida desde el balcón, sean protagonistas'

Zenit.org) – 30.11.2013

"Se renueva hoy la cita tradicional de Adviento con los estudiantes de las universidades de Roma, a los cuales se unen los rectores y profesores de los ateneos romanos e italianos.

Saludo cordialmente a todos: el cardenal vicario

, a los obispos y al alcalde, a las diversas autoridades académicas e institucionales, a los asistentes de las capellanías y de los grupos universitarios. Saludo especialmente a ustedes, queridos universitarios y universitarias.

El deseo que san Pablo dirige a los cristianos de Tesalónica, para que Dios los santifique hasta la perfección, demuestra de un lado su preocupación por su santidad de vida puesta en peligro, y de otra una gran confianza en la intervención del Señor. Esta preocupación del Apóstol vale también para nosotros los cristianos de hoy.

La plenitud de la vida cristiana que Dios cumple en los hombres, de hecho es siempre insidiada por la tentación de ceder al espíritu mundano. Por esto Dios nos da su ayuda mediante la cual podemos perserverar y preservar en los dones del Espíritu Santo, la vida nueva en el Espíritu que él nos ha dado.

Custodiando esta 'linfa' saludable de nuestra vida, todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserva irrepensible, integro. ¿Pero por qué Dios después que nos ha dado sus tesoros espirituales tiene que intervenir aún para mantenerlos íntegros? Esta es una pregunta que debemos hacernos.

Porque nosotros somos débiles y esto lo sabemos, y nuestra naturaleza humana es frágil. Los dones de Dios están conservados en nosotros como en 'vasos de barro'. Es así la debilidad. La intervención de Dios a favor de nuestra perserverancia hasta el final, hasta el encuentro definitivo con Jesús, es la expresión de su fidelidad.

Es como un diálogo entre nuestra debilidad y su fidelidad, Él es fuerte en su fidelidad. Y Pablo dirá en otra parte, él, el mismo Pablo, que es fuerte en su debilidad porque está en diálogo con la fidelidad de Dios y esta fidelidad de Dios nunca desilusiona. Él es fiel sobre todo a sí mismo. Por lo tanto la obra que ha iniciado en cada uno de nosotros con su llamado, la conducirá a cumplimiento. Esto nos da seguridad y gran confianza: una confianza que se apoya en Dios y solicita nuestra colaboración activa y llena de coraje delante a los desafíos del momento presente.

Ustedes saben queridos jóvenes universitarios que no se puede vivir sin mirar a...

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