Una decisión que apunta a mantener la unidad de la Iglesia

ROMA.- Con Querida Amazonia, uno de los documentos más esperados de los últimos tiempos, Francisco, como buen jesuita, descolocó tanto a ultraconservadores como a progresistas, las dos facciones que se enfrentaron ferozmente en las tres semanas que duró el sínodo sobre la Amazonia, en octubre pasado, que a nivel mediático quedó reducido a si se aprobaba o no el conflictivo tema de los viri probati, en discusión en la Iglesia desde los tiempos del Concilio Vaticano II.El silencio ensordecedor del papa Francisco ante la propuesta de ordenar hombres casados en forma excepcional, como una solución a la falta de sacerdotes que celebren misa o confiesen en zonas recónditas de la selva, fue un mensaje claro a las dos partes: no es el momento para hacer cambios pastorales en un clima de división y de polarización como el que se creó en los últimos meses en la Iglesia.Los sectores ultraconservadores, en efecto, estaban listos para salir a atacar con todo al Papa, acusándolo de hereje en caso de que le hubiera dado el visto bueno a la ordenación excepcional de hombres casados. Para ellos, este cambio pastoral habría significado el inicio del fin del celibato -que es una ley, no un dogma-, y algo que Francisco siempre aseguró no querer cambiar. En contrapartida, si le hubiera dado luz verde a los llamados viri probati, el ala progresista hubiera salido a celebrar con bombos y platillos una "victoria" en contra del sector adversario.Este clima de confrontación, que se vivió durante el sínodo, quedó reflejado ayer en las redes sociales: sectores ultraconservadores agradecían al cardenal guineano, Robert Sarah, autor de un libro en defensa del celibato y en contra de la ordenación de hombres casados, en el que involucró al papa emérito, Benedicto XVI, por haber logrado evitar "el desastre". En tanto, los progresistas, desde la vereda de enfrente, reconocían estar "decepcionados y tristes" por una virtual claudicación o marcha atrás del Papa.Lo cierto es que, en este escenario, tal como le dijo el lunes el Papa a un grupo de obispos estadounidenses en visita ad limina, no sintió que el "Espíritu Santo" estuviera trabajando durante las sesiones del sínodo sobre la Amazonia. "Más allá de que el tema en discusión era la Amazonia y sus desafíos y no el celibato, ni la ordenación de hombres casados, que fueron tan solo un pequeño argumento, el Papa durante el sínodo tuvo la sensación de estar frente a dos grupos de sindicalistas. El Papa siente que no...

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