Una danza de millones detrás de los trenes

No es posible hablar de trenes sin detenerse en los subsidios que mes a mes se destinan a sostener el sistema ferroviario argentino. Los números espantan y muchas veces no resulta fácil ponerlos en contexto.Desde 2005 hasta abril pasado, según datos que publican los ministerios de Economía y el del Interior y Transporte, la Casa Rosada destinó 22.000 millones de pesos que terminaron en gastos operativos de los ramales ferroviarios urbanos.Dicho de otra forma, toda esta cantidad de millones terminan en sueldos de los empleados, pagos de la operación y muchos servicios, como limpieza o desmalezamiento, que se tercerizan a empresas cuyos dueños muchas veces no son fáciles de ubicar.La cuenta ha ido aumentando sin control. En 2005, el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner repartió cheques a los ferrocarriles por 457 millones de pesos. Ese año viajaron en el sistema subsidiado 419 millones de pasajeros. Es decir, por cada uno de los que pasó la línea de molinetes el Estado puso 1,09 pesos.El tiempo pasó. Al año siguiente ese aporte individual pasó a 2,05 pesos por boleto. En 2008, el primer año completo de la presidenta Cristina Kirchner, esa cuenta ya estaba en 5,36 pesos por pasajero. El año pasado, cada uno de los sufridos usuarios ferroviarios el Estado aportó 16,67 pesos, mientras que en lo que va del año, mejor dicho hasta abril, último mes disponible, el subsidio por pasajero llega a 22 pesos por tramo.La pregunta que surge inmediatamente es la efectividad de semejante cantidad de gasto; las respuestas hay que buscarlas en los rieles donde la gente se queja y se queja del servicio que presta el alicaído ferrocarril argentino.Otro punto que caracteriza al sistema recaudatorio de trenes es que hay muchas líneas en las...