Cuba. 50 años de gobierno socialista
Autor | Mirador Internacional |
Advertencia
Estaba en un campamento scout hace 50 años1 cuando la radio anuncia: “Fidel Castro ha entrado en Santiago de Cuba”. Como tantos de mi generación quedé electrizado por la noticia. Un Estado diferente al resto de América Latina, enfrente de uno de los dos grandes imperios mundiales: era todo un desafío, toda una posibilidad.
Ante el bloqueo estadounidense comenzó otro proceso dentro del mismo socialismo cubano. Fidel Castro, educado por los jesuitas, se confesó “marxista”. Siempre he pensado que esa “conversión” fue la única posibilidad de solucionar los problemas quwe se venían. Hasta tal punto fue así que mucho más allá de sus posibilidades, Rusia ayudó a Cuba. Luego vinieron los años negros de la revolución socialista, no sólo por la crisis de los misiles, en cuya solución el Vaticano intervino silenciosamente más allá de las plegarias. Vinieron los presos políticos que aún ahora mal-viven en las cárceles cubanas, los “Marielitos”con lo que Fidel se sacó de encima muchísimos “indeseables”.
Pero, compensando esa situación, vinieron la educación para todos, la salud para todos y la erradicación definitiva del analfabetismo, aplicando y cubanizando el método de Paulo Freire.
Tema aparte merece el médico latinoamericano nacido en Rosario, pcia.de Santa Fe, Argentina, el legendario “Che Guevara”, con sus salarios morales y su marxismo visceral que dejó Cuba en manos de Fidel para continuar la lucha en otros territorios, muriendo en Bolivia, tal vez delatado por los Judas de siempre. El silencio orante es el mejor homenaje.
Nuestra Revista recibe y edita periódicamente excelentes artículos de profesores jóvenes cubanos. Su formación académica sólida y profunda muestra que el dinero del Estado bien invertido permite crecer.
La Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, de la cual el Equipo Federal del Trabajo es uno de los fundadores en Campo de Jordao, San Pablo, Brasil, también integra a los laboralistas cubanos. Hoy Lidia Guevara es una de sus dirigentes principales.
Todo esto demuestra que un sano y legítimo pluralismo es el camino del hombre nuevo.
Acompaño notas aparecidas en “Página 12”, del 02.01.2009.
En el acto central por los 50 años de la revolución, Raúl Castro dio un breve discurso en el que advirtió que los próximos 50 años “serán de permanente alucha”, porque el enemigo nunca dejará de ser agresivo por su propia esencia”.2
“La revolución fue un certero justiciero social que copó toda la sociedad cubana, desde las grandes y señoriales casas hasta los más pobres bohíos, demostrando que lo que soñamos lo pudimos hacer”, tronó la voz de Raúl Castro en el corazón de la capital santiaguera, epicentro del acto principal de los primeros cincuenta años de esa revolución que encabezó Fidel. El actual jefe de Estado cubano fue directo y, si se quiere, crudo al anunciar que los próximos 50 años “no serán fáciles y de permanente lucha”, porque no se retrocederá en los logros y en el contenido ideológico que tiene el proceso.
Sin duda, el anuncio está relacionado con ciertas especulaciones sobre los posibles cambios al sustento socialista del gobierno cubano. Nada más lejos de la realidad y el propio Raúl se encargó de hacerlo saber. Sí reconoció la capacidad de la revolución de saber corregir los errores cometidos. “Ha sido una resistencia firme basada en sólidas convicciones de defendernos sin pensar en el costo. Hoy la revolución es más fuerte que nunca”, insistió Raúl en medio de los aplausos de la cálida noche santiaguera. Para luego anunciar su mirada sobre los años por venir: “Cuando conmemoramos el medio siglo se impone la reflexión de los próximos 50 que serán de permanente lucha. No podemos pensar que serán más fáciles. Lo digo no para asustar sino porque es la pura realidad”.
Sin nombrar a los Estados Unidos y mucho menos al presidente electo Barack Obama, el jefe de Estado cubano tuvo un pequeño párrafo para el país del Norte al advertir que no se dejen engañar ante “los cantos de sirena del enemigo que nunca dejará de ser agresivo por su propia esencia. Aprendamos de la historia”.
Raúl terminó su discurso, sumamente breve si se toma como parámetro los que realizaba Fidel, asegurando que un hombre solo no hace una revolución sino un pueblo entero, pero advirtió que “hay imprescindibles como el comandante en jefe, Fidel Castro Ruz”, dijo y sobre la plaza bajó el más de los fuertes aplausos.
El acto terminó sin estridencias, como había comenzado, la noche estaba cálida y la gente se desconcentró al grito de “Viva Fidel, Viva Raúl”.
Santiago amaneció con el cielo despejado y un sol radiante acompañado de una brisa tenue que permitía a la gran bandera cubana, izada cuando comenzó el 2009, flamear sencilla y placentera.
“Va a ser un buen año porque la bandera no se enrolló ni se trabó. Es una buena señal”, aseguró Yaisir, una dama que se cuida de no representar los más de 70 años.
Así comenzó el primer día del año 50 de la revolución. La tarde y la cercanía del acto no modificaron la vida de Santiago. Es que los pobladores ya sabían de antes que el acto en la pequeña Plaza Céspedes iban a participar los combatientes de la Sierra Maestra, de Angola y las misiones internacionalistas más aquellos que salieran sorteados en sus colectivos de trabajo. Los que se quedaron con la intención de entrar fueron los cientos de viajeros que llegaron a estas tierras para participar de los festejos que están lejos de ser como se viven en tierras como la Argentina. Sin parafernalia, cotillón, globos ni nada de lo que imagina el argentino común y silvestre. Orden y tranquilidad para ingresar pero con mucha emoción y pasión y eso que los cubanos se caracterizan por ser muy alegres.
El acto comenzó con un video que recorrió con detalle el devenir de la revolución. Todos los momentos estuvieron, desde las imágenes triunfantes del 1º de enero de hace cinco décadas, como los días aciagos y tensos de la crisis de los misiles, el discurso del Che Guevara en la Asamblea de Naciones Unidas hasta el discurso de Fidel poco después del atentado al avión de Cubana perpetrado por Posada Carriles. También aquel discurso donde Fidel anunció el inicio del crítico momento que se conoció como...
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