Un cuarto de siglo haciendo honor al reggae

Los Cafres, 25 años. / Integrado por: Guillermo Bonetto en voz y guitarra acústica, Claudio Illobre en teclados y coros, Gonzalo Albornoz en bajo, Sebastián Paradisi en batería, Manuel Fernández Castaño en saxos y flauta, Guillermo Rangone en trompeta, Juan Canosa en trombón, Andrés Albornoz en teclados, Demián Marcelino y Víctor Raffo en guitarras, Rolando Duarte en percusión, Rosana Bonetto, Dulce Mota Marcelino y Los Hamptons en coros / Sección de cuerdas: Julián Gándara en chelo, Christine Brebes, Lucía Herrera y Mariano Malamud en violín / En el teatro Ópera Citi / Nuestra opinión: excelenteCon la mente fría y el corazón caliente, así encararon Los Cafres sus dos presentaciones del fin de semana último en el teatro Ópera. Porque plantear un concierto para repasar la trayectoria tiene sus riesgos, como excederse en lo celebratorio y perder el foco. Pero Guillermo Bonetto y los suyos trazaron un plan el año último, a partir de la realización del DVD 25 años, y ahora, en escena, se ajustaron a él. El resultado fue un show soberbio, cargado de matices, que duró tres horas y estuvo dividido en tres actos.A diferencia de buena parte de sus colegas, la banda de reggae no preparó un show para su futura edición en DVD, sino todo lo contrario. El año último, Los Cafres seleccionaron una extensa lista de temas que recorría buena parte de su discografía, pulieron sus canciones más antiguas para que sonaran actuales y las instrumentaron para la gran fiesta. Ellos se pusieron sus mejores ropas y se dirigieron a La Usina del Arte para registrar el audio y el video. En el Ópera, ese plan experimentó su segunda fase, que es llevar esa gala, esa celebración, al teatro. Y qué mejor que un escenario de la calle Corrientes en el que nunca antes se habían presentado.En la primera parte, Bonetto y los suyos se dedicaron a agrupar clásicos, a jugar con ellos y a borrar sus límites. Así, "Suena la alarma" y "La música" se convirtieron en una sola canción, lo mismo que "Basta", "Oxígeno", "Hormiga", "Lucido" y "Mostrame cómo sos". De un lado una banda o, mejor dicho, una selección de músicos de reggae, cumpliendo al detalle con el plan trazado, pero también sacándoles el mejor brillo posible a las canciones; del otro, el público que, luego de salir de la sorpresa inicial por la puesta impactante (una corona de luces por sobre las cabezas de los músicos que daba la impresión de que en cualquier momento podía despegar), empezó a entregarse y a disfrutar de cada instante, incluso...