Crisis Aimentaria Mundial

AutorMirador Internacional Revista Científica
Declaración de la sociedad civil sobre la emergencia alimentaria mundial

¡Que no se repitan los “errores de siempre”! Los gobiernos e instituciones internacionales son los responsables de los errores históricos y sistemáticos. Los gobiernos nacionales que se reunirán en Roma durante la Cumbre sobre la Crisis de los Alimentos de la FAO, deben empezar por aceptar su responsabilidad en la emergencia alimentaria actual. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, cuando se estimaba que 830 millones de personas pasaban hambre, los gobiernos prometieron reducir esa cifra a la mitad para el 2015.

Muchos predicen ahora que, por el contrario, esa cifra aumentará un 50% hasta los 1.200 millones, con mayores problemas derivados del impredecible caos climático y de las presiones adicionales derivadas de la producción de agrocombustibles. Ante el colapso de las reservas de ganado y pesca y los precios disparados de los alimentos y del combustible, se requieren nuevas políticas, prácticas y estructuras para resolver la emergencia alimentaria actual y para prevenir futuras – y mayores – tragedias. Los gobiernos, incluyendo los del Sur del globo, y las organizaciones intergubernamentales deben reconocer ahora su responsabilidad por haber aplicado políticas que han socavado la productividad agrícola y han destruido la seguridad alimentaria de los países. Por estas razones, han perdido la legitimidad y la confianza de los pueblos del mundo en que ellos puedan realizar los cambios reales, sustanciales, necesarios para terminar con la crisis de alimentos actual; para salvaguardar la disponibilidad de alimentos y ganado y para enfrentar los desafíos del cambio climático.

La emergencia actual hunde sus raíces en la crisis de los alimentos de los años 70, cuando algunos gobiernos oportunistas de la OCDE, aplicando políticas neoliberales, desmantelaron la arquitectura institucional internacional para la alimentación y la agricultura. Esta crisis alimentaria es el resultado de la negación de muchos años de los gobiernos y de las organizaciones intergubernamentales a respetar, proteger y cumplir el derecho a la alimentación, y de la impunidad total para las violaciones sistemáticas de este derecho. Adoptaron estrategias políticas de corto plazo que motivaron la negligencia respecto a la alimentación y la agricultura y propiciaron el escenario de la actual emergencia alimentaria. Como consecuencia, las agencias y programas de la ONU y otras instituciones internacionales, dominadas por un pequeño grupo de países donantes, están mal dirigidas, son muy ineficaces, competitivas en vez de cooperativas, e incapaces de llevar a cabo sus (conflictivos) mandatos. . Las políticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial y el FMI, el acuerdo de la OMC en agricultura y el paradigma del libre comercio han minado economías locales y nacionales, erosionado el medio ambiente y han dañado los sistemas locales de alimentación, llevándonos a la crisis alimentaria de hoy. Eso ha facilitado el desarrollo de oligopolios corporativos y rápidas concentraciones empresariales a lo largo de toda la cadena alimentaria; ha permitido la especulación depredadora de mercancías y el aventurismo financiero mercantil; y ha posibilitado que las instituciones financieras internacionales y los programas bilaterales de ayuda devasten la producción sostenible de alimentos y los sistemas de subsistencia.

Movimientos sociales y otras organizaciones de la sociedad civil, nos hemos reunido para establecer un nuevo planteamiento sobre el inoperante sistema global de la alimentación. Estamos desarrollando el siguiente plan de acción global para la alimentación y la agricultura y estaríamos dispuestos a discutir este plan con los gobiernos y organizaciones intergubernamentales que asistirán a la Cumbre sobre la Alimentación en Roma –(“Conferencia de alto nivel sobre la seguridad alimentaria mundial: los desafíos del cambio climático y de la bioenergía”).

Estamos preparados para trabajar con gobiernos comprometidos y organizaciones de la ONU que compartan nuestras preocupaciones y estén trabajando para resolver la emergencia alimentaria y desarrollar la soberanía alimentaria.

Declaramos el Estado de Emergencia de los Pueblos por la actual crisis de alimentos. En un Estado de Emergencia, los pueblos y los gobiernos pueden suspender cualquier medida legislativa o reguladora que pueda poner en peligro el Derecho a los Alimentos y puede asimismo abolir cualquier acuerdo privado que se considere perjudicial para la Soberanía Alimentaria. Puede cancelarse cualquier medida pública o privada que restrinja la capacidad de los/as campesinos/as y pequeños agricultores de obtener alimentos domésticos para el mercado. La cancelación de la deuda es urgente y necesaria para que el Sur del mundo pueda resolver la emergencia alimentaria en curso e inmediata. Creemos que la actual emergencia alimentaria y el presente desafío del cambio climático son...

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